Porque cuando entras y la ves es como si todo perdiese sentido y la gravedad no existiese. Ella te mantiene vivo. No sabes ni cuando ni por qué pero te ha robado el corazón, y ahora tendrás que recuperarlo. Puede devolvértelo sin más o tal vez puedas robar tu el suyo y así latir por ella, y ella por ti, fundiéndoos en un mismo latido.