martes, 7 de julio de 2015

Rompe con el mundo que te rodea. Dile que lo sientes, que tomaréis café algún día y que quizás incluso le eches de menos. Pues ese mundo ya no es tuyo. Él es, como siempre ha sido, pero tu ya no. Cada uno de tus actos, pensamientos u omisiones le han ido dando forma día tras día, alegría tras alegría, y tras incontables penas. Pero lo cierto es que como con cualquier creación, llega un momento en el que nuestra visión cambia. Un día te despiertas y tu camisa favorita te sigue gustando, pero quizás ya te la has puesto demasiadas veces. Quizás estás tan acostumbrado a llevarla que te estás perdiendo otras, otra imagen, otra percepción que puedan tener los demás de ti, o tal vez otra persona que se fije en tu nueva camisa, o por qué no, en tu nueva mirada. Romper con tu mundo tampoco significa mejorarlo, ni mucho menos empeorarlo. Significa dejar atrás aquello que una vez nos hizo felices, de lo que ahora solo quedan esperanzas, la esperanza de volver a ser y sentirlo todo de nuevo. Pero cuando algo en ti ha cambiado ya no hay vuelta atrás, pues solo serás una burda imitación de algo que una vez fuiste. Y como todos sabemos, las imitaciones sirven para un rato, pero cuando alguien busque algo que impresione, algo que transmita su magia, que trastoque su mundo y su ser hasta dejarlos patas arriba, algo único al fin y al cabo, pasarás desapercibido. El brillo y la pureza de ciertas personas te hará sombra, no serás más que un recuerdo mal encajado, o mal olvidado. Rompe pues, con todo lo que hoy ya no es parte de ti, con tu seguridad, tu conformidad, tus gustos y aficiones, rompe con tus formas y colores, tus deseos e inquietudes, la forma en la que te ves a ti y al mundo que te rodea, rompe con tus miedos y tus limites, tu sentir y tu calor, tus heridas mal curadas y tus grandes alegrías que solo hacen sombra a las pequeñas pero importantes cosas... rompe, en definitiva, con el peso de toda una vida. Empieza a esculpir un nuevo yo, aunque al antiguo, y a todos, pueda parecerles aburrido, extraño o inmoral. No hagas caso de las palabras de un simple recuerdo que se aferra más a la vida cuando ve más cerca su final. Calla todo lo que no sea un "yo quiero", un "me encantaría" o un "quiero descubrir". Pues hay quien opina que hay que ser fiel a lo que eres hasta la muerte, una llama que lucha por no apagarse día tras día, consciente de que su luz es cada vez más pequeña, menos intensa y llega a menos personas. A diferencia de ellos yo te propongo ser tan tú, con tanta fuerza y energía, dejarte tu ser en otros labios, en hondos suspiros, en felicidad y llanto, en todo lo que te haga consumirte hasta las cenizas... para así gracias a todo, a lo bueno y lo malo, renacer de nuevo una y otra vez en una nueva llama. Una que ya no se aferre simplemente a la vida, sino que arrase con todo y con todos, hasta que solo quedes tú frente al espejo pensando en lo bien que te queda tu nueva camisa... o tu nueva mirada.