Eternal dream
martes, 31 de marzo de 2020
Cuando creces te das cuenta de que nada tiene sentido, no estás aquí por ninguna razón, ni por alguna causa. Tu paso por el mundo se perderá como un grano de arena en medio de una inmensa playa. En un primer momento, parece una idea desoladora. Sin embargo, al digerirla bien con ayuda de los años, puedes ver que realmente es un pensamiento liberador que arrasa con todas las expectativas que tú, tu familia y la sociedad habíais puesto sobre tus mismos hombros. No estás aquí para cumplir un objetivo, ni para satisfacer a nadie, solamente a ti mismo. Una vez que llegas a esta idea, puedes dedicarte por entero a lo que verdaderamente vale la pena: ser feliz. Serlo con toda tu alma, pasar estos dos días que llamamos vida haciendo lo que realmente nos gusta, porque finalmente se acabará. Entonces, valoras más cada amanecer, poder usar las piernas para correr hacia esa felicidad, disfrutar del beso de una madre, de una comida copiosa, de una fiesta improvisada, del calor de un abrazo o, simplemente, de un te quiero sincero.
Gracias a todos los que hacéis que mi paso por este mundo se pierda un poco menos en esa playa por llevarme en vuestro interior. Gracias por querer compartir uno de estos dos días conmigo, por estar en las buenas y en las peores, por quererme como soy y por enseñarme a quererme a mí mismo. Para mí vivir es compartir, compartir momentos con las personas que más aprecias, y gracias a vosotros nunca más volveré a sentirme solo. Por todo esto, lo que empezó siendo una idea desoladora termina por ser, casi sin darte cuenta, en un "gracias por estar vivo".
jueves, 19 de marzo de 2020
Como una llamada del destino, como un salto en el camino. Todo lo que habías imaginado. Una sonrisa deslumbrante, unos ojos que te rondan o simplemente un ceño fruncido. Un sentimiento de euforia que te invade desde lo más hondo de tu ser. Unas manos frías, unos brazos que te rodean. Una noche juntos, una almohada compartida junto con muchos momentos. Una caricia mientras conduces. Un beso inesperado. El calor de tus abrazos, la sensación al escuchar tu voz. Las noches en vela. La complicidad. La confianza. La tranquilidad. La paz. En definitiva... la felicidad, tu felicidad, hecha persona.
lunes, 10 de junio de 2019
Hoy en día, y desde hace mucho tiempo, ha arraigado en nuestras mentes la idea de que somos especiales, de que hemos venido al mundo con un propósito que nos hará grandes, diferentes al resto, una razón por la que vivir y seguir adelante en los momentos duros. El gran engaño, justo delante de nuestras narices, sin ser capaces de verlo por lo evidente que resulta. ¿Cómo es posible que no nos demos cuenta? La respuesta es devastadora: no queremos darnos cuenta. Intentamos por todos los medios evadir la realidad, la cruda realidad, para vivir cómodamente con nuestra magnífico sentido de la vida. Hasta que un día todo cambia, la realidad nos da un choque en lo más hondo de nuestro ser, y de repente todo por lo que habíamos trabajado a lo largo de nuestra vida, todo por lo que nos habíamos esforzado, por lo que habíamos sentido acaba reducido a la nada. De repente, perdemos el rumbo. Ya no está ese camino que veíamos tan claro, todo se vuelve grisáceo, lúgubre, porque una vez que nos damos cuenta de que todo era una mentira impuesta por la sociedad o por nosotros mismos, nos quedamos vacíos, vacíos de sentimientos, de esperanzas, de sueños... ya nada importa. Simplemente nos encontramos frente al espejo preguntándonos cómo ha pasado todo esto, deseando que el mundo deje de girar por un momento para que podamos recobrar el aliento, porque se plasma ante nosotros una verdad que duele más que una bala en el pecho, que realmente, y por primera vez en nuestra vida, no sabemos quiénes somos, ni qué queremos, ni a dónde iremos. Es un sentimiento tan devastador el sentirse perdido, una grano de arena en este universo tan inmenso. De repente nos sentimos tan pequeños, tan vulnerables. ¿Qué puedo conseguir yo en este mundo? Nada de lo que haga importa, todo lo que pueda conseguir a lo largo de mi vida quedará en el olvido, solo soy un segundo de esta infinita película llamada vida. Y, sin embargo, un día todo cambia de nuevo. Una llama que creías apagada crece en ti. Te sientes vivo otra vez, todo recobra sentido, y tu vida vuelve a ser la misma, pero tu no. Porque volver a enfrentarnos a la vida sabiendo que no eres tan especial como creías requiere un valor gigantesco. Un proceso que a unos les cuesta más que a otros, y que algunos ni siquiera llegan a superar, la madurez.
martes, 22 de enero de 2019
Un recuerdo que, al contrario de su naturaleza, lucha por mantenerse. Se hace cada vez más fuerte, en lugar de pequeño. A pesar de no ser nombrado, a pesar de no ser revivido una y otra vez, a pesar de no querer que exista, permanece. Sin desearlo, sin apenas llegar a comprenderlo, simplemente vuelve a pasar por delante una y otra vez, hasta el punto de pensar que nunca más se irá. Espera los momentos de flaqueza, acecha en las noches frías, en los días nublados, en las tardes aburridas. Y de repente, ahí está. Una risa, una frase, un latido, una lágrima, un suspiro, un te quiero y, sobre todo, muchos errores. Ahí están. A pesar de todo. Permanecen.
domingo, 7 de febrero de 2016
A veces nos asusta dejar pasar un tren, ese tren que tanto nos gusta, pensando que no volverá a pasar otro en mucho tiempo, o quizás nunca. Cuando realmente cada día, a cada momento, dejamos pasar decenas de trenes. Esa entrevista, esa idea que nos parece buena pero abandonamos al olvido, ese viaje que no hiciste o simplemente la chica del bar que te miró el culo. Nos dejamos llevar por nuestro instinto, seguimos al quiero... en lugar del puedo. Y del podré, porque cada nuevo día es un sinfín de posibilidades, rondar las calles sin un rumbo fijo, sin un tren que coger. Sin nada que nos ate, que nos impida querer volar cuando el clima ha cambiado, cuando todo está ya desolado. Un tren, o dos, o tres... siempre llegan más, y siempre puedes cambiar de estación, de puntos de vista y de vida, volver a empezar una y otra vez hasta que el cuerpo aguante... o el alma se gaste.
miércoles, 3 de febrero de 2016
Solemos ver como normales actos tan extraordinarios como conectar con otro ser, pasando por alto la inmensa probabilidad que había de que no se cruzaran vuestros caminos. Solo un semáforo en rojo, un día lluvioso, una cicatriz de más o una copa de menos... y todo sería distinto. Y sin embargo, de la nada, surge algo único. Encontramos diminutas agujas en un pajar inmenso pero con el tiempo dejamos de prestarles la atención que merecen... hasta que, finalmente, las perdemos. En ese momento levantamos la mirada hacia el basto pajar sin saber cómo volveremos a encontrar otra, las probabilidades aparecen ahora ante nosotros y entendemos lo únicas y valiosas que eran. La pérdida nos hace prisioneros del arrepentimiento, nos conduce por un aciago camino, el de la desesperación, buscando sin descanso encontrar una nueva conexión. Simples y vanos esfuerzos que desperdiciamos en medio de esta eterna lucha, entre la casualidad y el destino, entre falsos besos y copas de vino... sin más vencedor que ese segundo, ese único, valioso y extraordinario segundo en el que nuestras miradas se cruzaron y, de la nada, conectamos.
lunes, 12 de octubre de 2015
Un recuerdo imborrable.
Un reflejo de la felicidad, de nuestra felicidad. El inicio y el final, todo lo que hemos vivido, siempre en llamas. Acercarme a ti era como quemarme. Al igual que un sol me dabas luz, y calor, y alegría, llenabas mis días. Verte cada mañana era como esa sensación al abrir una persiana, la luz se cuela en la habitación para recordarte que sigues vivo, otro día más. Pero también, al igual que el sol, me quemaba más y más cuanto más me acercaba a ti, eramos tan diferentes que me dolía cada vez que encontraba una barrera infranqueable, un obstáculo en nuestro camino, veía nuestro final aún sin haber empezado. Y qué decir de cuando todo empezó. El invierno más cálido que puedo recordar. Llegaste a mi vida como una explosión, igual de rápida, causando los mismos estragos. No estaba preparado para ti, nunca llegué a estarlo. No estaba preparado para apreciar tu risa, tu inexplicable interés por rodar en una cama, tu afán por ilusionarte con cada pequeño detalle que esta vida te regalaba. Eras como una fuente de felicidad, podías ver colores donde yo siempre había visto gris. Era como un ciego en un mundo maravilloso. Siempre supe que te cansarías de cuidar a este ciego. Siempre supe que mi mente era una carga. Pero no sabía como reaccionar, eras como un recuerdo que se escapa al despertar. No supe expresarte mis sentimientos, mis preocupaciones. No supe integrarte en mi vida, me daba miedo no encajar con tanta luz. Me daba miedo no poder sentirla nunca más, y necesitarla más que nunca. Nunca sabré si tus actos fueron un reflejo de tu impulsividad, o simplemente acabé por marchitarte, por apagarte, enfriarte. No se si al final el frío gano la batalla y te llevaste eso de mi. Te volviste más fría. Seguías viendo la felicidad, pero ya no era la misma. Eras algo puro que terminó siendo un cúmulo de rencor, algo que sustituyó a la bondad que me enamoró de ti. Y es que no he experimentado nada más doloroso que imaginar un encuentro entre el Gustavo del principio y el Gustavo del final. Que se viesen cara a cara el uno al otro, que el primero se preguntase como podía tratar así algo tan bello, y a la vez como podía ella haber perdido su luz... Que a su vez el segundo, del que aun formo parte, mire a ambos, en el principio, en aquella cama respirando en tu cuello y rozando tus piernas, en aquel sofá pasando la noche despiertos, en esos paseos por la calle pensando que dónde habías estado toda mi vida. Siento como si cada imagen del principio me quemase por dentro. Me quema la idea de que todo pueda destruirse tan rápido. Que lo que hoy es bello mañana ya no lo sea. Que demos tanto por alguien que pronto será un desconocido. Quizás nunca he llegado a entender este juego. Quizás debí reservar alguna parte de mi, por si quería aprovecharla yo solo. Quizás no tendría que haber pensado que las relaciones son para siempre y darle todo a esa persona, todo. Pero.. ¿cómo tener delante algo así y dejarlo escapar? ¿Acaso es eso vivir? ¿Son esas mis opciones? Pasar la vida sentado en una estación viendo como pasan trenes una y otra vez. Con temor a levantarme, andar hasta la puerta y encontrar a alguien con quien sentarme, una compañera de viaje. Pero ese viaje siempre es demasiado corto. Aún no he llegado a conocerte del todo, aún no me he acostumbrado a tu sencillez, a tu mundo totalmente distinto al mio. Aun seguimos haciendo planes de futuro, sigo imaginándome feliz, a tu lado... Cuando el tren choca. En ese momento sientes el dolor, pero no de huesos rotos. Pareciese que el tren se hubiese estrellado directamente con tu corazón. Quizás tampoco he llegado a entender bien las rupturas, pero en mi caso ver como te ibas era como verte morir en ese tren. Con todos nuestros recuerdos que viajaban en él destruidos. Con tu mano cogida a la mía, cada vez más fría, cada vez más pálida. Poco se han diferenciado mis rupturas con una muerte repentina, con un atropello inesperado o una mala caída. Así es como las he sentido, no han muerto en la vida real, pero sí en mi interior. Y así las recuerdo. Por eso vivo mi vida tan cansado, tan desilusionado en el amor. No soy un joven con dos relaciones cortas a sus espaldas, soy un viejo que ha vivido dos largas vidas con dos mujeres y que las ha visto morir después de tanto tiempo. Porque por mucho que parezca que no se me da bien eso de querer a los demás. Por mucho que ciertamente se me de mal expresarlo, amo más intensamente que el mismo sol del que antes hablaba. Te quise y te lloré mucho más intensamente de lo que tu impulsividad y tus ganas de vivir día a día podían permitirte. Las apariencias pueden llegar a engañar, y es que en esto del amor nada es lo que parece. Puede que nunca llegue a entender cómo funcionan las relaciones, cómo unirme a una persona sin sentir que me cortan la vida cuando ese tren se estrella. O quizás, solo quizás... nunca se estrelle.
Un reflejo de la felicidad, de nuestra felicidad. El inicio y el final, todo lo que hemos vivido, siempre en llamas. Acercarme a ti era como quemarme. Al igual que un sol me dabas luz, y calor, y alegría, llenabas mis días. Verte cada mañana era como esa sensación al abrir una persiana, la luz se cuela en la habitación para recordarte que sigues vivo, otro día más. Pero también, al igual que el sol, me quemaba más y más cuanto más me acercaba a ti, eramos tan diferentes que me dolía cada vez que encontraba una barrera infranqueable, un obstáculo en nuestro camino, veía nuestro final aún sin haber empezado. Y qué decir de cuando todo empezó. El invierno más cálido que puedo recordar. Llegaste a mi vida como una explosión, igual de rápida, causando los mismos estragos. No estaba preparado para ti, nunca llegué a estarlo. No estaba preparado para apreciar tu risa, tu inexplicable interés por rodar en una cama, tu afán por ilusionarte con cada pequeño detalle que esta vida te regalaba. Eras como una fuente de felicidad, podías ver colores donde yo siempre había visto gris. Era como un ciego en un mundo maravilloso. Siempre supe que te cansarías de cuidar a este ciego. Siempre supe que mi mente era una carga. Pero no sabía como reaccionar, eras como un recuerdo que se escapa al despertar. No supe expresarte mis sentimientos, mis preocupaciones. No supe integrarte en mi vida, me daba miedo no encajar con tanta luz. Me daba miedo no poder sentirla nunca más, y necesitarla más que nunca. Nunca sabré si tus actos fueron un reflejo de tu impulsividad, o simplemente acabé por marchitarte, por apagarte, enfriarte. No se si al final el frío gano la batalla y te llevaste eso de mi. Te volviste más fría. Seguías viendo la felicidad, pero ya no era la misma. Eras algo puro que terminó siendo un cúmulo de rencor, algo que sustituyó a la bondad que me enamoró de ti. Y es que no he experimentado nada más doloroso que imaginar un encuentro entre el Gustavo del principio y el Gustavo del final. Que se viesen cara a cara el uno al otro, que el primero se preguntase como podía tratar así algo tan bello, y a la vez como podía ella haber perdido su luz... Que a su vez el segundo, del que aun formo parte, mire a ambos, en el principio, en aquella cama respirando en tu cuello y rozando tus piernas, en aquel sofá pasando la noche despiertos, en esos paseos por la calle pensando que dónde habías estado toda mi vida. Siento como si cada imagen del principio me quemase por dentro. Me quema la idea de que todo pueda destruirse tan rápido. Que lo que hoy es bello mañana ya no lo sea. Que demos tanto por alguien que pronto será un desconocido. Quizás nunca he llegado a entender este juego. Quizás debí reservar alguna parte de mi, por si quería aprovecharla yo solo. Quizás no tendría que haber pensado que las relaciones son para siempre y darle todo a esa persona, todo. Pero.. ¿cómo tener delante algo así y dejarlo escapar? ¿Acaso es eso vivir? ¿Son esas mis opciones? Pasar la vida sentado en una estación viendo como pasan trenes una y otra vez. Con temor a levantarme, andar hasta la puerta y encontrar a alguien con quien sentarme, una compañera de viaje. Pero ese viaje siempre es demasiado corto. Aún no he llegado a conocerte del todo, aún no me he acostumbrado a tu sencillez, a tu mundo totalmente distinto al mio. Aun seguimos haciendo planes de futuro, sigo imaginándome feliz, a tu lado... Cuando el tren choca. En ese momento sientes el dolor, pero no de huesos rotos. Pareciese que el tren se hubiese estrellado directamente con tu corazón. Quizás tampoco he llegado a entender bien las rupturas, pero en mi caso ver como te ibas era como verte morir en ese tren. Con todos nuestros recuerdos que viajaban en él destruidos. Con tu mano cogida a la mía, cada vez más fría, cada vez más pálida. Poco se han diferenciado mis rupturas con una muerte repentina, con un atropello inesperado o una mala caída. Así es como las he sentido, no han muerto en la vida real, pero sí en mi interior. Y así las recuerdo. Por eso vivo mi vida tan cansado, tan desilusionado en el amor. No soy un joven con dos relaciones cortas a sus espaldas, soy un viejo que ha vivido dos largas vidas con dos mujeres y que las ha visto morir después de tanto tiempo. Porque por mucho que parezca que no se me da bien eso de querer a los demás. Por mucho que ciertamente se me de mal expresarlo, amo más intensamente que el mismo sol del que antes hablaba. Te quise y te lloré mucho más intensamente de lo que tu impulsividad y tus ganas de vivir día a día podían permitirte. Las apariencias pueden llegar a engañar, y es que en esto del amor nada es lo que parece. Puede que nunca llegue a entender cómo funcionan las relaciones, cómo unirme a una persona sin sentir que me cortan la vida cuando ese tren se estrella. O quizás, solo quizás... nunca se estrelle.
martes, 7 de julio de 2015
Rompe con el mundo que te rodea. Dile que lo sientes, que tomaréis café algún día y que quizás incluso le eches de menos. Pues ese mundo ya no es tuyo. Él es, como siempre ha sido, pero tu ya no. Cada uno de tus actos, pensamientos u omisiones le han ido dando forma día tras día, alegría tras alegría, y tras incontables penas. Pero lo cierto es que como con cualquier creación, llega un momento en el que nuestra visión cambia. Un día te despiertas y tu camisa favorita te sigue gustando, pero quizás ya te la has puesto demasiadas veces. Quizás estás tan acostumbrado a llevarla que te estás perdiendo otras, otra imagen, otra percepción que puedan tener los demás de ti, o tal vez otra persona que se fije en tu nueva camisa, o por qué no, en tu nueva mirada. Romper con tu mundo tampoco significa mejorarlo, ni mucho menos empeorarlo. Significa dejar atrás aquello que una vez nos hizo felices, de lo que ahora solo quedan esperanzas, la esperanza de volver a ser y sentirlo todo de nuevo. Pero cuando algo en ti ha cambiado ya no hay vuelta atrás, pues solo serás una burda imitación de algo que una vez fuiste. Y como todos sabemos, las imitaciones sirven para un rato, pero cuando alguien busque algo que impresione, algo que transmita su magia, que trastoque su mundo y su ser hasta dejarlos patas arriba, algo único al fin y al cabo, pasarás desapercibido. El brillo y la pureza de ciertas personas te hará sombra, no serás más que un recuerdo mal encajado, o mal olvidado. Rompe pues, con todo lo que hoy ya no es parte de ti, con tu seguridad, tu conformidad, tus gustos y aficiones, rompe con tus formas y colores, tus deseos e inquietudes, la forma en la que te ves a ti y al mundo que te rodea, rompe con tus miedos y tus limites, tu sentir y tu calor, tus heridas mal curadas y tus grandes alegrías que solo hacen sombra a las pequeñas pero importantes cosas... rompe, en definitiva, con el peso de toda una vida. Empieza a esculpir un nuevo yo, aunque al antiguo, y a todos, pueda parecerles aburrido, extraño o inmoral. No hagas caso de las palabras de un simple recuerdo que se aferra más a la vida cuando ve más cerca su final. Calla todo lo que no sea un "yo quiero", un "me encantaría" o un "quiero descubrir". Pues hay quien opina que hay que ser fiel a lo que eres hasta la muerte, una llama que lucha por no apagarse día tras día, consciente de que su luz es cada vez más pequeña, menos intensa y llega a menos personas. A diferencia de ellos yo te propongo ser tan tú, con tanta fuerza y energía, dejarte tu ser en otros labios, en hondos suspiros, en felicidad y llanto, en todo lo que te haga consumirte hasta las cenizas... para así gracias a todo, a lo bueno y lo malo, renacer de nuevo una y otra vez en una nueva llama. Una que ya no se aferre simplemente a la vida, sino que arrase con todo y con todos, hasta que solo quedes tú frente al espejo pensando en lo bien que te queda tu nueva camisa... o tu nueva mirada.
viernes, 10 de abril de 2015
No nos dejemos llevar por el tiempo; no orbitemos alrededor del mismo pensamiento una y otra vez; no busquemos culpables, ni tampoco víctimas; hagámoslo todo, y a la vez nada; pongamos freno a nuestras ansias, pues no se trata de una carrera; sintámonos libres con el otro, y así nunca necesitaremos volar de su lado; busquemos la forma de superar nuestros miedos, pues por amor dragones más feroces han caído; luchemos contra el mundo juntos, pues yo seré tu fuerza si tu eres mi voluntad; sigamos nuestro destino, recorriendo cada centímetro de la piel, de lunar a lunar, de cicatriz a cicatriz; y por último, entendamos que hay un yo sin ti, pero querer ser contigo.
jueves, 26 de febrero de 2015
El amor, amigos, es como la magia. Nos quedamos atónitos contemplándola, no la entendemos. Sabemos que hay una explicacion racional, aunque parezca obra de una fuerza sobrenatural. Y, sin embargo, todo es fruto de un truco, conseguido gracias al continuo esfuerzo y al deseo de que funcione. Al igual que con la magia, desgraciadamente hay seres racionales que no ven más allá del truco, que no llegan a sentirla... y sin embargo son igual de peligrosas las personas que a pesar de sentir la magia, no ven el esfuerzo que requiere. Un poco racionales, un poco soñadores, eso es el amor... puro y a la vez sano.
lunes, 16 de febrero de 2015
Busca él sus labios rojos en la oscuridad. Huele su perfume entre el frío de la noche. Se acerca. La mira. A esos ojos expectantes. Le miran. Busca en su mente algo que le haga parar, un último intento por entrar en razón. Una forma de no caer en el vacío, el suyo. La esperanza de encontrar refugio fuera de sus abrazos. Pero no hay nada que en ese momento pudiese frenar sus ganas de besarla, de volver a sentir ese dulce sabor salado. Y como dos planetas que se atraen el uno al otro, ellos estaban destinados a chocar. Y chocan, en un apasionado beso. Uno de esos besos en los que tu mente se nubla y no puedes controlar tu cuerpo. Y de repente, en medio del caos, la mira fijamente y en silencio. Busca encontrar la verdad reflejada en sus ojos, una pista sobre qué pasa por su cabeza. Entonces ella, con gesto despreocupado, por fin rompe la calma. "He aprendido a vivir sin ti" - dijo. Él vio su mundo caer. Su esperanza rota, su corazón también. Hasta que ella, presa de una fuerza irrefrenable, como si de la misma gravedad se tratase, volvió a mover sus labios: "Y desde entonces solo quiero estar contigo".
sábado, 20 de diciembre de 2014
Esa luz tenue que se cuela por tu ventana, ese ambiente de normalidad enmascarada, de fingir que no existe el hastío, ni la desesperanza, ni el dolor. Intentas evadir tus pensamientos negativos pues es el breve momento del día en el que no deseas no estar aquí, en este lugar, en esta situación, en este mundo. Piensas en cómo has superado duras batallas, cientos de ellas, y siempre creíste que ese dolor te ayudaría a crecer, a avanzar, a evitar más dolor, que llegaría un momento en el que por simple acumulación dejarías de sentirlo. Por eso es tan duro darte cuenta de que, igual que esa esperanza, el dolor también es infinito. Para mi lo es. Hay personas que lo destierran, lo encierran y no se dejan vencer... pero parece que a mi me gusta bailar con él. Y es que cada situación duele más, cada desengaño, cada decepción, cada parte de ti que se va entre los labios de otra persona, entre sus mejillas, sus ojos, sus dedos. Cada parte de ti que muere, y que a pesar de la infinita esperanza, ahora sabes que nunca vuelve. Sientes como cada vez te haces más pequeño, regalas tu vida a los demás, vives para los demás, hasta que al final no quede nada en ti. Sientes que desapareces entre tanta gente, que solo eres un ínfimo grano de arena en una kilométrica playa que no va a afectarse porque dejes de existir. Sientes que no aportas nada a este mundo, y que él tampoco a ti, que nada tiene sentido. Nunca has experimentado esa sensación de la que tanto hablan, sentirse vivo, dar gracias por estarlo y desear que este camino nunca acabe, lamentarse por lo corta que es la vida y no poder disfrutarla más. A todas esas personas les parece que tú desperdicias la tuya, y quizás sea verdad. Pero, ¿cómo aprovechar los rayos del Sol a través de unas muy oscuras gafas? Es así como yo veo la vida, y por eso entiendo que los demás se alejen, como si entrase en un bar y apagase la música y las luces, a tu alrededor todos dejan de sentirse vivos y empiezan a apagarse, como tú, les absorbes hasta que no pueden más y escapan. Siempre me he sentido defectuoso, un juguete que abres con ilusión, pero al hacerlo te das cuenta de que no funciona bien y te decepcionas, por lo que acaba siendo desechado y sustituido. Cómo explicarle al mundo lo difícil que es para ti sentir algo tan fácil como la ilusión, la motivación, la alegría. Han intentado arreglarte, acabar con tu sufrimiento, pero no han podido... lo que te hace perder cada vez más la esperanza. Quizás en este basto mundo haya un sitio para mi, pero en ningún momento de mi aún corta vida he sido capaz de encontrarlo. Es tan fino el hilo que me sujeta a esta vida, son tan pocas cosas las que me dolería dejar de experimentar, y demasiado sufrimiento por pagarlas. Recuerdo un día en el que un profesor nos preguntó si entraríamos en una máquina que nos diese la completa felicidad sin saber que estamos en ella, pero de la que no podríamos volver a salir; en mi mente contesté casi instintivamente... sí, pero para mi sorpresa todos los demás respondieron que no. Es normal, ¿cómo unos niños que aún no han conocido la oscuridad de esta vida podrían querer eso? ¿cómo unos seres que por naturaleza son los más felices de este mundo iban a querer sustituir esa felicidad real por una ficticia? Y por eso pienso que soy defectuoso. Sobrevivo, simplemente porque me han enseñado que huir es de cobardes, que todo pasa, que todo llega. Pero es tan triste... me parece tan triste mi propia existencia, la vida es un lujo que muchos desean para sí mismos o para sus seres queridos, un lujo que muchos lamentan no poder disfrutar más, y yo sin embargo la trato como un trabajo, algo que tengo que hacer porque me lo han ordenado, porque es lo que hay que hacer, nacer y -sobre-vivir hasta que tu cuerpo deje de funcionar. Soy un desencantado de la vida que lucha constantemente entre dos infinitos, dolor y esperanza, mantener viva una llama que se agota lentamente y cuya luz se hace cada vez más tenue, como la que consigue colarse por tu ventana y que, al igual que ella, acabará extinguiéndose.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Uno de esos viajes a los que llevas una maleta pequeña. A los que no quieres, ni debes, arrastrar cosas del pasado. Uno de esos viajes con los que buscas cambiar tu vida, abrir tus horizontes, conocer nuevos mundos, nuevas experiencias y, en especial, nuevas personas. Uno de esos viajes con los que buscas aprender y encontrar, sentir y actuar, disfrutar y vivir, para así llenar el vacío en tu interior, un vacío que no podría ser llenado de otra forma. Porque cuando ves lo grande que es el mundo, de repente tus problemas pasan a ser pequeños. Cuando te das cuenta de la inmensidad de personas con las que podrías compartir tantas cosas, de repente tus malas experiencias se hacen insignificantes. En definitiva, si eres capaz de abrir tu mente, viajar abre tu alma.
viernes, 11 de julio de 2014
Fantasmas del pasado que nunca mueren,
que nunca se van, que nunca dejan de acechar bajo tu almohada
esperando la oportunidad perfecta en la que puedan atormentarte en un
desagradable sueño, una pesadilla carente de sentido y solo
justificada por nuestro masoquismo más profundo. No ves las mismas
caras, no es por las personas. No es el mismo sitio, no es por el
lugar. No es el mismo tiempo, no es por la época. La razón de que
se llame pesadilla, entonces, es la fuerza y la claridad con la que
puedes sentir "esa" sensación, ese escalofrío que recorre
tu espalda de arriba a abajo, para finalmente volver a subir. Ese miedo a no
saber quién eres de nuevo. Ese dolor inmenso que sentiste al ver
como alguien a quien le habías dado todo cedía su calor a las
sábanas de otra persona. Ese sonido sordo que sientes dentro de ti y
que refleja cómo tu mundo se pone patas arriba para luego romperse en
mil pedazos. Esa soledad que se extiende como el fuego en tu
interior, consumiendo cualquier atisbo de felicidad que aún puedas
tener, cualquier apoyo, cualquier mano que te extiendan para ayudarte
a salir del pozo. Te encierras en ti mismo pensando que nunca más
volverás a salir, que ahí fuera no hay nada para ti, que no estás
preparado. Y así la soledad no encuentra obstáculos, arrasando con
todo lo que hay en ti, dejando un vacío mucho más grande del que,
en principio, había dejado ella. En ese punto, sentado solo en un
rincón en lo más profundo de tu interior, es cuando tocas fondo.
Sin embargo, tocar fondo significa que, al estar solo, puedes
concentrarte en conocerte a ti mismo como nunca antes habías hecho,
sin ningún tipo de distracción. Aprovechas el tiempo para entender
qué es lo bueno que hay en ti, qué es eso que han visto algunas
personas y por lo que decidieron acercarse a ti. Tiempo después, finalmente entiendes que tu
destino no es permanecer en ese rincón por miedo a que te hagan
daño, sino reunir fuerzas para volver a salir de ese agujero, más
seguro y firme que nunca, sabiendo ahora cómo es el mundo, cómo son
las personas y la facilidad con la que pueden destrozar tus sueños.
Te levantas dispuesto a enseñarle a todos quién eres, ahora que lo
sabes bien, no sin antes jurarte a ti mismo, por ese chico asustado
que lloraba en un rincón, que nunca más volverán a hacerte daño,
que nadie, jamás, volverá a llevarse lo bonito que hay en ti, lo
que te hace especial, esa sonrisa sincera.
martes, 6 de mayo de 2014
El
infierno no es más que nuestros peores miedos hechos forma. La
muerte suele ser el infierno más común, ya que no hay peor
sensación que el vacío dejado por alguien a quien queremos... ese
vacío que duele, que arde, que quema, que lo cubre todo de
oscuridad, todo lo que está a nuestro alrededor. Cada uno tenemos
nuestro propio infierno al que sucumbir, y un vacío, aunque no
intervenga la muerte, sigue siendo un vacío. Una persona que a tus
ojos deja de ser lo que antes era, ya está muerta en tu interior,
nunca volverá a ser igual.
Hay
que tener valor ante el vacío, ante todos ellos, ya que no hay nadie
que pueda ayudarte. Nadie podrá ponerte una inyección o darte una
pastilla para el dolor, nadie podrá sustituir a esa persona, estás
solo... el vacío es soledad. Sin embargo, aunque se esté en el
séptimo infierno, siempre se tiene la esperanza de que, después de todo, alguien consiga crear su propio espacio. Un
espacio tan grande en tu interior que no necesite sustituir el puesto
de nadie, sino que arrase con todos ellos con un simple guiño, una sonrisa o, por qué no, un movimiento de caderas al andar.
De tal forma que quieras dedicarte a esa persona, darle todo tu
interior, sin reservas, sin vacíos. Es solo una esperanza, un sueño
que tal vez nunca se cumpla. Pero como ya he dicho, ante el vacío
hay que tener valor, y el valor consiste en enfrentarte a tus miedos
con un simple sueño por bandera, enfrentarte a tu infierno... por
ella.
domingo, 20 de abril de 2014
Lo duro no es levantarte, lo duro es ver como vuelves a caer, después de todo el esfuerzo, después de la soledad, el miedo, la incertidumbre, el desánimo... después de toda esa mierda, después de que tus sonrisas hayan dejado de ser falsas, después de que sientas que vuelves, que eres tú, que estás bien, vivo y fuerte. Después de que tu vieja amiga, la esperanza, vuelva a visitarte. Después de relajarte y conseguir sacar la oscuridad de tu mente. Después de pensar: "¿Cómo podía estar tan jodido? Es como la noche y el día". Después de encontrar de nuevo tu camino... te topas con un muro, una calle sin salida. Frenas en seco y no sabes a dónde ir o dónde mirar, lo único que sabes es lo que viene después: de nuevo, el vacío. Necesitas desesperadamente pedir ayuda, sientes como te ahogas entre tanta gente flotando. Algunos no saben siquiera que estás hundiéndote, y sin embargo otros, aunque serían capaces de beberse todo el mar con tal de salvarte, no lo consiguen. Es volver a lo mismo, es notar como tu mundo se va haciendo más pequeño, cada vez más solo, cada vez más problemas, cada vez más... y a la vez menos. Recuerdas como antes un simple día soleado podía hacerte feliz, mientras que ahora la luz no te alumbra, el fuego no te quema... no sientes nada, de nuevo estás eres vacío.
martes, 26 de noviembre de 2013
Ya nada era lo mismo. Ya nada está donde solía estar, ni
siquiera él. Todo pasa, pero también cambia. Esa inocencia que tanto le
gustaba, esa ilusión en sus ojos. Se siente como un jarrón recompuesto
desde sus pedazos... vuelve a su forma, sí, pero nunca será igual. Después de
todo nadie quiere un jarrón roto, o eso es lo que piensa. No sabe si será
verdad, ni siquiera quiere saberlo. Solo quiere que el mundo se detenga por un
momento, que deje de girar tan deprisa, que le de tiempo a sanar sus heridas,
que todo vuelva a ser normal... al fin y al cabo, que aparezca ella con su
sonrisa para decirle que no está solo, porque solo cuando ella está presente es
cuando, verdaderamente, el mundo deja de girar.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Confiar en alguien ciegamente es uno de los mayores actos de
fe que se puedan encontrar, mayor incluso que el de las religiones, ya que
desconfiamos de otras personas por naturaleza. Es un vínculo tan fuerte como difícil
de conseguir. Es ver por sus ojos, saltar al vacío sin saber si hay red solo
porque esa persona te ha pedido que lo hagas. En algunas ocasiones esa red en
realidad no existe y después de algo así es complicado volver a confiar en
alguien, pero la sensación que se tiene en la caída es indescriptible… sin duda
en mi caída yo tenía una sonrisa en la cara. Por eso, como cualquier otro
masoquista que aún tiene fe en las personas, saltaría de nuevo si tú me lo
pidieras.
domingo, 3 de noviembre de 2013
Mi vida es una continua decepción. Veo pasar los días como
quien planta una semilla y espera que germine y, sin embargo, no lo hace.
Nada es como debería ser. Nada ha salido bien, según lo planeado. Era tan
inocente cuando no conocía las decepciones de la vida, cuando imaginaba mi
futuro con tanta claridad y esperanza, sin la oscuridad que me ha llegado a
envolver y de la que hoy apenas puedo escapar. Cuando no conocía la dureza de
los golpes que te hacen caer y que en muchas ocasiones no habrá nadie que te
ayude a levantarte. No me quedan sueños por cumplir, todos se han desvanecido.
No tengo metas ni objetivos, no hay nada, solo vacío. Mi única esperanza es que
esta consecución de decepciones me lleve, al fin, a la felicidad que tanto he
ansiado conocer. Ya debería saber que eso no pasará pero, de una forma u otra,
un hombre necesita tener fe en algo para no perder la cordura y yo, un demente
sin remedio, no voy a ser menos.
sábado, 5 de octubre de 2013
Una cadena de insatisfacción. Todas las personas son dependencia de la anterior y dependientes de la siguiente. Todas ven insatisfechos sus deseos e insatisfacen los de otro. Los eslabones de esta cadena no son conscientes de que forman parte de ella hasta que ya han desperdiciado una increíble cantidad de tiempo y esfuerzo. Todos, en algún momento, formamos parte de esta cadena... damos largas a alguien y recibimos largas de otro alguien. Y en el fondo nos gusta, ya que de alguna forma estamos unidos a esa persona. Pero lo que pocos saben y muchos desearían es que en raras ocasiones dos eslabones se separan de la cadena, unidos entre sí. Siempre me ha entristecido saber que eso no nos pasará a nosotros, pero lo cierto es que si tengo que estar unido a alguien en esta cadena de insatisfacción... me alegro de que seas tú.
viernes, 4 de octubre de 2013
Puede que todo esto os parezca estúpido. Puede que algunos rechacen mi opinión. Puede que la mayoría de vosotros no lleguéis al final de este escrito. Puede que de hecho, no esté aportando nada al mundo. Puede que esto sea olvidado, incluso que yo también lo sea. Pero mi ideal no caerá en el olvido, permanecerá en la mente de una persona hasta que de alguna forma u otra pase a otra. Ese es mi objetivo, mi meta. Y cuál es ese ideal, os preguntaréis... pues una súplica hacia vosotros, hacia esas personas que no se sienten realizadas, que se sienten encerradas, asfixiadas y solas en este vasto mundo. Todas esas personas que sufren cada día por la muerte de otro, o de uno mismo. Esas personas que viven sin vivir, que tienen miedo a salir al mundo y gritar que están vivos, que existen, que son grandes. A esas personas os suplico, sin más, que seáis felices. La felicidad de cada uno reside en nuestro punto de vista. Nunca dejes que nadie te diga que no puedes serlo, no dejes que te corten las alas porque quizás hoy no estés preparado, quizás mañana tampoco... pero al final encontrarás la forma de verlo todo de otra manera, de aprovechar las pequeñas cosas, de mirar al cielo y darte cuenta de que tu límite solo está en lo largos que puedan ser tus pasos, que hay tanta belleza, tanto por descubrir, por explorar, por disfrutar. Tantísimas cosas que podrían cambiarte, sacarte de esa oscuridad que te rodea. El mundo es inmensamente grande y siempre habrá un lugar para ti en el que podrás sentirte vivo y encontrar por fin la razón por la que estás aquí. Simplemente abre tus horizontes y ve más allá de tus preocupaciones e inseguridades. Yo mismo intento expandir mis horizontes justo ahora, desde mi experiencia a la tuya. Intento conseguir lo que realmente me hace sentir vivo: hacerte comprender un concepto tan simple que quizás no pueda ser comprendido... se feliz.
sábado, 7 de septiembre de 2013
Sé que no soy la persona más desgraciada del mundo, se que
no soy ningún ejemplo de superación, sé que hay miles de personas con más
problemas que yo. Y por saber todo esto no suelo permitirme pensar en mi como
alguien que merece compasión. Odio la idea de que un día alguien me
diga que lo mío no se llaman problemas, que soy un egoísta y un desconsiderado,
y por eso intento pensar que todo va bien, que no debo quejarme. Pero si se me
permitiera un segundo de autocompasión diría que por mucho que tenga un techo
donde vivir y ciertas comodidades y mis problemas sean minúsculos comparados
con los de algunas personas, a veces las barreras y el sufrimiento no vienen
del dinero, ni de las desgracias que ocurren de repente, sino que vienen de uno
mismo. De qué me sirve tener un colchón donde dormir si no puedo hacerlo porque
mi cabeza no para de recordar malos momentos e imaginar que vendrán aún peores.
De qué me sirven todas las comodidades si no puedo disfrutarlas, si no disfruto
de la vida. Os puedo asegurar que la felicidad no viene del dinero, os puedo
asegurar que hay niños sin casa y sin comida que son mucho más felices que yo,
y esto puede parecer egoísta pero yo no he pedido ser así, yo no he pedido esta
extrema capacidad para el pesimismo y la tristeza. Concluyo diciendo que no
puedes juzgar si alguien es feliz o no por las cosas que posee, las facilidades o habilidades que tenga, pues la felicidad de una persona reside en su cabeza,
en su interior y en lo que cada uno vemos en un simple vaso... medio lleno o
medio vacío.
jueves, 18 de julio de 2013
Fantasmas del pasado que atormentan mi ser. Recuerdos, sentimientos, sueños rotos al fin y al cabo. Todas esos pensamientos de los que uno intenta escapar ciertas noches. Noches que son más bien una larga lucha entre tu pasado y tu presente. Dejamos que nos invada el pesar de nuestras decisiones y acciones, lamentándonos día tras día, segundo tras segundo, y lo que por desgracia ignoramos es que el segundo que dedicamos al pasado se lo restamos al presente, un segundo perdido que jamás recuperaremos, un segundo menos de vida, un segundo que nos arrebatamos nosotros mismos por culpa de nuestro masoquismo. Después de todos estos años he aprendido que debemos seguir nuestro camino, paso a paso, sin atormentarnos. No pierdas el tiempo, ni aunque solo sea un segundo.
domingo, 23 de junio de 2013
Hay personas que gritan de dolor sin apenas decir nada. Esas personas que esconden sus sentimientos, que no desean compasión ni
ningún trato especial. O que tal vez saben que por mucho que gritasen, nadie
les escucharía. Y es que es fácil ver las lágrimas de una persona pero, sin
embargo, muy pocos pueden ver un alma rota. Un alma que odia o ama con todas
sus fuerzas. Un alma que sufre, que siente, que desearía que las cosas fueran
distintas. Un alma que extraña, que desea y que anhela. Un alma que quiere
ayudar pero no sabe cómo. Un alma que no quiere seguir viviendo o que tal vez
es lo que más desea en este mundo. Un alma que no ve el final del camino, o que
ni siquiera ve el principio. Un alma que se siente humillada, infravalorada,
detestada. Un alma que por circunstancias de la vida, por esto y por aquello,
no es feliz... y a pesar de todo esto, lo peor que tienen esas almas es que
ignoran que son hermosas y bellas, que son necesarias, que posiblemente valgan
más que tú y que yo, que son capaces de todo, que esconden una fuerza brutal
esperando a ser encontrada, esperando a que un día se despierten y digan "Voy a cambiar mi mundo" y lo hagan, y no olvidarán ese día, nunca,
jamás... pues ese día, por fin, habrán empezado a vivir.
viernes, 21 de junio de 2013
Si abandonas todo pensamiento propio con la excusa de que se te fue arrebatado sin darte cuenta. Si eres capaz de vender tus ideales al mejor postor. Si reniegas de todo por lo que en esta vida has luchado, todo por lo que has sufrido. Si eres infiel a la verdad, la única compañera que nunca te traicionará, o si no eres capaz de reconocerla entre un mar de mentiras. Si eres incapaz de saber que todo en esta vida, incluso la muerte, es hermoso. Si nunca has sentido la gloria de los caídos que aunque ya no estén, aun así, perduran. En definitiva, si escondes tu verdadero ser y te sometes solo para conseguir un único objetivo, aunque ese objetivo fuese burlar a la propia muerte, será en vano. Pues seguirás respirando, pero sin embargo... ya estarás muerto.
viernes, 15 de marzo de 2013
La razón de que algunas personas detesten los finales felices es por el simple hecho de que en el fondo de su corazón, desesperada e irrevocablemente, añoran uno. Un final feliz que trastoque su mundo, que les haga salir de su infeliz vida. Desean que alguien o algo aparezca de la nada y les salve de su sufrimiento. Pero lo que no saben estas personas es que en la vida no hay solo un final feliz, hay cientos de ellos. Y a la par existen cientos de finales tristes. La vida no se rige por ninguna regla. La vida es, y será siempre, un inesperado suceso tras otro, feliz o triste, a veces ambos a la vez. Aquel que sepa amarlos todos y cada uno de ellos quizás no tenga ese "final feliz", pero si habrá tenido una vida plena.
jueves, 1 de noviembre de 2012
Palabras que no se escuchan, susurros que se pierden en el viento. Todo lo que realmente importa se ve sumido en las sombras de un oscuro corazón, de un ser latente que pide venganza como último deseo. No se le reconoce en ese estado, sediento de perdones, de disculpas, de llanto, de dolor, de todo... menos amor.
lunes, 2 de julio de 2012
No temo a la muerte. La muerte es solo
un paso más en mi camino. Es el paso en el que abandono toda
vitalidad restante en mi alma para asi adentrarme en el inframundo.
Pero aun así, no temo. El temor es disipado por el deseo de ver tu
cara de nuevo.
Y allí estabas, cumpliendo tu promesa
al fin y al cabo. Dos años después de tu muerte, y minutos despues
de la mia, nuestras almas se reencontraban. Entonces, según lo
acordado, pronunciaste esas dos palabras, esas ocho letras por las
que valía la pena pasar el resto de la eternidad en aquellas
fraguas. Solo después de esto, soy capaz de afirmar que ha valido la
pena viajar al infierno para conocer a un ángel.
lunes, 23 de abril de 2012
Y se que un día moriré de nostalgia, al no poder aceptar que el pasado es pasado, que los buenos momentos ya pasaron, que los amigos se han ido, que los amores se acabaron, que ya no hace calor, que ya no hace frió... no como aquellos días, que eras capaz de sentirlo todo con mas audacia, que eras capaz de enamorar a alguien con tu mirada... simplemente porque eras tu mismo. Que eras tú, y nadie más... Que nada de eso volverá. No soy capaz de ver que si ayer fue un buen día, mañana también lo será, y que siempre echaré de menos todo, siempre echaré de menos incluso los peores momentos que he pasado... porque mi nostalgia está alimentada por mi odio hacia el paso del tiempo. Por mi miedo a que mi vida se acabe sin haber empezado. Por mi miedo a desperdiciarla. Por mi miedo, atroz, a ser un anciano arrepentido por no haber amado lo suficiente, haber reído lo suficiente, haber escrito lo suficiente, haber bebido lo suficiente, haber llorado lo suficiente, haber arriesgado lo suficiente, en definitiva... haber vivido la vida. Mi mayor deseo es que si un día muero sea con una sonrisa en la cara y muy buenos recuerdos.
miércoles, 11 de abril de 2012
Sabemos que hemos nacido para algo, pero no sabemos para qué. Sabemos que es algo importante, que no hemos nacido solo para ver como nuestra vida pasa por delante de nuestros ojos, inertes e inconscientes. Sabemos que puede que no lo consigamos solos, que necesitaremos ayuda. Sabemos que esa razón para la que hemos nacido es un hecho de bondad, ya que nos duele el dolor ajeno como nuestro propio. Sabemos que hasta que no encontremos eso para lo que hemos nacido, no estaremos completamente satisfechos, siempre nos faltará algo, siempre querremos más. Sabemos que hemos nacido para algo, o tal vez... para alguien.
domingo, 25 de marzo de 2012
Y allí estaba yo, en aquella cama, o aquel sofá, sinceramente no lo recuerdo. Era una oscura casa, con un pequeño salón, una pequeña habitación, y al final del pasillo una puerta que comunicaba con el exterior.
Aquel día pasaba el rato viendo la televisión en el salón mientras escuchaba las escandalosas voces de mis amigos reunidos en la habitación de al lado. Entre ellos, también se encontraba ella. Yo intentaba evitarla, ya que no podía soportar estar cerca de ella sabiendo que nunca más podría tenerla.
Poco después, entró por la puerta un nuevo personaje en esta historia, aunque posteriormente me daría cuenta de que solo era nuevo para mi. Aquel personaje no es el tipo de persona que suele estar en nuestro grupo de amigos, lo que me causó impresión. Traía a un perro grande consigo, que al llegar comenzó a molestarme:
-Eh, ¿puedes quitarme a tu perro de encima?
-Sí, claro, para que me muerda a mi.
Acto seguido, mis amigos salieron uno por uno por la puerta de la habitación, dirigiéndose hacia la calle, menos ella, que permanecía dentro. Al extrañarme este suceso, decidí salir para comprobar qué ocurría:
-Chicos, ¿qué hacéis?
-¿Cómo que qué hacemos?
-Pues eso, ¿por qué os vais de la habitación?
-Pues... creo que será mejor no decírtelo cariño.
De repente lo entendí todo... en ese momento todo encajó en mi mente y me vino una pregunta a la cabeza, cuya respuesta podría partirme -aún más- el corazón. Aún así reuní el valor suficiente, y la formulé:
-Os ha echado, ¿verdad?. Ella os ha echado para estar con ese tío.
-No te hagas esto por favor, vamos a dar un paseo y así lo olvidas todo.
-No quiero dar un paseo, quiero verlo, quiero ver qué es lo que está haciendo. -dije mientras me dirigía hacia la puerta, cuando uno de mis amigos me cogió por el brazo-
-No lo hagas, no seas masoquista, solo conseguirás hacerte más daño.
-Mientras más daño reciba, mas insensible llegare a ser, hasta no sentir ningún dolor.
Así, adentrándome en la casa, llegue hasta la puerta de la habitación. Con un puño lleno de rabia, y en el otro mi frágil corazón, que palpitaba cada vez mas rápido al saber lo que le esperaba. No podía creer que ese momento fuera real. Meses antes, eramos nosotros los que pasábamos las tardes juntos, sin separarnos un solo minuto, queriéndonos como nadie.
Y ahora, allí estaba, delante de esa habitación. Escuchaba risas y susurros a través de la fina puerta. Cada susurro se me clavaba como un puñal en el pecho. Cada carcajada, irónicamente, provocaba que una lágrima cayera de mis débiles ojos. Al fin, harto de ese sufrimiento inhumano, decidí abrir la puerta, y entonces...
Desperté.
Aquel día pasaba el rato viendo la televisión en el salón mientras escuchaba las escandalosas voces de mis amigos reunidos en la habitación de al lado. Entre ellos, también se encontraba ella. Yo intentaba evitarla, ya que no podía soportar estar cerca de ella sabiendo que nunca más podría tenerla.
Poco después, entró por la puerta un nuevo personaje en esta historia, aunque posteriormente me daría cuenta de que solo era nuevo para mi. Aquel personaje no es el tipo de persona que suele estar en nuestro grupo de amigos, lo que me causó impresión. Traía a un perro grande consigo, que al llegar comenzó a molestarme:
-Eh, ¿puedes quitarme a tu perro de encima?
-Sí, claro, para que me muerda a mi.
Acto seguido, mis amigos salieron uno por uno por la puerta de la habitación, dirigiéndose hacia la calle, menos ella, que permanecía dentro. Al extrañarme este suceso, decidí salir para comprobar qué ocurría:
-Chicos, ¿qué hacéis?
-¿Cómo que qué hacemos?
-Pues eso, ¿por qué os vais de la habitación?
-Pues... creo que será mejor no decírtelo cariño.
De repente lo entendí todo... en ese momento todo encajó en mi mente y me vino una pregunta a la cabeza, cuya respuesta podría partirme -aún más- el corazón. Aún así reuní el valor suficiente, y la formulé:
-Os ha echado, ¿verdad?. Ella os ha echado para estar con ese tío.
-No te hagas esto por favor, vamos a dar un paseo y así lo olvidas todo.
-No quiero dar un paseo, quiero verlo, quiero ver qué es lo que está haciendo. -dije mientras me dirigía hacia la puerta, cuando uno de mis amigos me cogió por el brazo-
-No lo hagas, no seas masoquista, solo conseguirás hacerte más daño.
-Mientras más daño reciba, mas insensible llegare a ser, hasta no sentir ningún dolor.
Así, adentrándome en la casa, llegue hasta la puerta de la habitación. Con un puño lleno de rabia, y en el otro mi frágil corazón, que palpitaba cada vez mas rápido al saber lo que le esperaba. No podía creer que ese momento fuera real. Meses antes, eramos nosotros los que pasábamos las tardes juntos, sin separarnos un solo minuto, queriéndonos como nadie.
Y ahora, allí estaba, delante de esa habitación. Escuchaba risas y susurros a través de la fina puerta. Cada susurro se me clavaba como un puñal en el pecho. Cada carcajada, irónicamente, provocaba que una lágrima cayera de mis débiles ojos. Al fin, harto de ese sufrimiento inhumano, decidí abrir la puerta, y entonces...
Desperté.
jueves, 19 de enero de 2012
Y mis realidades se escapan entre las yemas de mis dedos. Fríos dedos que dejan caer el cuchillo de la desesperación, de la ignorancia y de la maldad hecha forma. No todo lo que busques será bueno, pero si será lo buscado. Por eso me propongo conseguir todos mis objetivos, acaben bien o acaben mal, siempre será lo que he estado buscando. Porque no se nos da un camino desde el que empezar, lo creamos nosotros con nuestras decisiones. Duras y difíciles decisiones. Un día estás en lo más alto, y al siguiente, en lo más bajo. También es cierto que cuando se piensa que se está en lo más bajo, todavía quedan tres sótanos más por explorar, pero un día, tocas fondo. Y allí, lo único bueno que te queda es que a partir de ese momento solo puedes subir. Y subes. Hasta que vuelves a la normalidad, a tu cotidiana vida. Pero ya no la ves con los mismos ojos, ahora es diferente, ahora no te deprime, ahora la aprecias.
miércoles, 11 de enero de 2012
jueves, 8 de diciembre de 2011
Hace demasiado frío como para que un ángel pueda volar. Mejor quedémonos en tierra, envuélveme en tus alas hasta el amanecer. Y luego, cien amaneceres más. Solo contigo, serán perfectos, uno tras otro. Hasta que un día salga el Sol por el Este, y ese amanecer será el más doloroso de todos, ya que volarás hacia las nubes, separándote de mi. ¿Qué puedo decir?. Te esperaré hasta que decidas volver a mis brazos, hasta que ya te hayas cansado de volar. Ojalá pudiera acompañarte princesa. Esas alas... yo también las quiero. Después de todo, estar con un ángel hace que tú también quieras ganarte el cielo.
domingo, 30 de octubre de 2011
-Siento que me quitaron un pedazo de mi alma, si te vas no queda nada... queda un corazón sin vida que a raíz de tu partida se quedo solo gritando pero a media voz. Siento que la vida se me va porque no estoy contigo... siento que mi luna ya no está si no está tu cariño. Ni toda la vida ni todo el agua del mar podrá apagar todo el amor que me enseñaste tu a sentir... sin ti yo me voy a morir solo si vuelves quiero despertar.
sábado, 24 de septiembre de 2011
Reconozco este día. Ya he vivido muchos como este anteriormente. Es uno de esos días en los que nada te apetece, y sientes como te consumes por dentro. Hasta que de pronto algo te apetece... ya sea comer una determinada comida, ver a una determinada persona, ponerte una ropa determinada o ver una determinada película. Pero lo realmente malo de estos días no es que solo te apetezca una cosa, sino que esa comida se habrá acabado, esa persona estará fuera, esa ropa estará secándose y no podrás ver esa película. Lo realmente malo es ese sentimiento que te entra al creer que has encontrado la solución a tu problema, para darte cuenta después de que esa solución no existe. Esa miel en los labios. Esa felicidad casi alcanzada...
martes, 20 de septiembre de 2011
Ese sonido. Ese doloroso sonido. Durante un segundo todas y cada una de las personas entran en simbiosis. Durante un segundo todos son capaces de escucharlo. Durante un segundo todos son capaces de sentirlo. Durante un segundo todos son apuñalados. Durante un segundo todos son testigos. Durante un segundo, ese segundo... se rompe un corazón. La diferencia es que todas las personas siguen con su vida después de ese segundo, menos una. Esa única persona... acaba de morir.
jueves, 15 de septiembre de 2011
Minutos irremediables, de vidas improbables, de sueños no cumplidos, de canciones inacabadas, de corazones rotos, de todo... menos amor. Porque dos mas dos no siempre son cuatro. Porque a veces las espadas no hieren... pero las palabras sí. Porque a veces el agua no quita la sed, no llena.
Un segundo puede ser fugaz o eterno.
Una vida puede ser fugaz o eterna.
Pero un amor, un gran amor... siempre será fugaz, y a la vez eterno.
Un segundo puede ser fugaz o eterno.
Una vida puede ser fugaz o eterna.
Pero un amor, un gran amor... siempre será fugaz, y a la vez eterno.
sábado, 10 de septiembre de 2011
+Desde el momento en que te vi, hace ya tantos años, no he dejado de pensar en ti ni un solo día. Y ahora que vuelvo a estar contigo, vivo una agonía. Cuanto más cerca estoy de ti más crece. El hecho de pensar que no estoy contigo me impide respirar. Soy prisionero del beso que nunca debiste haberme dado. Mi corazón late esperando que ese beso no deje cicatriz alguna. Estás muy dentro de mi alma, atormentandome... ¿qué puedo hacer? Haré cualquier cosa que me pidas. Si estás sufriendo tanto como yo, por favor dímelo.
-No puedo, no podemos... eso no es posible.
+Sí, todo es posible, escúchame...
-No, escucha tu, vivimos en un mundo real, regresa a él. La realizacion de tus pensamientos nos llevaría a un lugar que nos esta vedado, a pesar de nuestros mutuos sentimientos.
+Entonces sientes algo...
-No permitiré que renuncies a tu futuro.
+Me estas pidiendo que sea racional, y se bien que eso es algo que no puedo hacer. Creeme, me encantaria poder borrar mis sentimientos, pero no puedo.
-No pienso ceder.
+Escucha, no tendría por que ser asi. Mantenerlo en secreto...
-Viviriamos una mentira, que además no podríamos mantener. Yo no podria hacerlo, ¿y tú, podrias hacerlo?
+No, es cierto, eso nos destruiría.
-No puedo, no podemos... eso no es posible.
+Sí, todo es posible, escúchame...
-No, escucha tu, vivimos en un mundo real, regresa a él. La realizacion de tus pensamientos nos llevaría a un lugar que nos esta vedado, a pesar de nuestros mutuos sentimientos.
+Entonces sientes algo...
-No permitiré que renuncies a tu futuro.
+Me estas pidiendo que sea racional, y se bien que eso es algo que no puedo hacer. Creeme, me encantaria poder borrar mis sentimientos, pero no puedo.
-No pienso ceder.
+Escucha, no tendría por que ser asi. Mantenerlo en secreto...
-Viviriamos una mentira, que además no podríamos mantener. Yo no podria hacerlo, ¿y tú, podrias hacerlo?
+No, es cierto, eso nos destruiría.
Cayendo bombillas del cielo, cientos de ellas, veloces y radiantes. Y mientras... a mi lado, las dos estrellas mas bonitas de todas ellas, en forma de ojos mirándome con ternura. Entonces desfalleces y te acuestas en la arena, cierras los ojos y piensas:
"Puede que no sea el rey del baile, pero aún así, tengo a una verdadera princesa, y bailaremos toda la noche..."
"Puede que no sea el rey del baile, pero aún así, tengo a una verdadera princesa, y bailaremos toda la noche..."
-Me encantan tus ojos.
-¿Por qué susurras?
-No quiero estropearlo.
-¿Estropear qué?
-Este momento.
-¿Qué tiene de especial ese momento?
-Nuestros corazones... se están conociendo. El tuyo le dice al mio que tiene miedo. El mio le dice al tuyo que ya ha conocido el miedo, y que tiene razones para tenerlo.
-Entonces... no hay nada que hacer.
-Olvidas la estupidez que les caracteriza, y la que les hace estar conectados. Caerán en el vacío como siempre, quizás por primera vez, o quizás por última. Pero no importa, laten de nuevo... como siempre, y como nunca.
-¿Por qué susurras?
-No quiero estropearlo.
-¿Estropear qué?
-Este momento.
-¿Qué tiene de especial ese momento?
-Nuestros corazones... se están conociendo. El tuyo le dice al mio que tiene miedo. El mio le dice al tuyo que ya ha conocido el miedo, y que tiene razones para tenerlo.
-Entonces... no hay nada que hacer.
-Olvidas la estupidez que les caracteriza, y la que les hace estar conectados. Caerán en el vacío como siempre, quizás por primera vez, o quizás por última. Pero no importa, laten de nuevo... como siempre, y como nunca.
lunes, 29 de agosto de 2011
-A mi no me gustaba estudiar
-Yo no creía en Dios.
-Yo odiaba a mi familia.
-A mi no me gustaba hacer ejercicio.
-Yo era un mujeriego .
-Antes pesaba demasiado.
-No me gustaba salir.
-A mi me gustaba vivir en el campo.
-Yo no creía en el amor.
-Ya, ya, ya... Lo se. Todos los que estamos aquí teníamos nuestra propia visión de la vida. Teníamos las cosas claras, estábamos seguros y no dudábamos ante nada que nuestra visión del mundo era la correcta. Pero lo que también tenemos todos en común, es que llegó esa persona, que trastocó nuestro mundo, le dio la vuelta y lo sacudió con todas sus fuerzas. Así que no dejéis escapar a esa persona, u os arrepentiréis toda vuestra vida.
sábado, 27 de agosto de 2011
-Nunca has sabido cómo enamorar a una chica.
-Nunca lo he necesitado.
-¿De verdad? ¿y qué harás dentro de 60 años? ¿Pretendes morir solo?
-Ya encontraré a alguien.
-Con ese esfuerzo no estoy tan segura...
-No tengo por qué esforzarme, ¿no lo sabías? Estamos jugando al escondite.
-¿Quién?
-Mi alma gemela y yo. Ella es muy buena jugando, pero me gustan los retos.
-Nunca lo he necesitado.
-¿De verdad? ¿y qué harás dentro de 60 años? ¿Pretendes morir solo?
-Ya encontraré a alguien.
-Con ese esfuerzo no estoy tan segura...
-No tengo por qué esforzarme, ¿no lo sabías? Estamos jugando al escondite.
-¿Quién?
-Mi alma gemela y yo. Ella es muy buena jugando, pero me gustan los retos.
jueves, 25 de agosto de 2011
Abriéndose paso entre guerreros y caballos, balas y espadas, banderas y cañones. Veloz como un corcel. Fuerte como un toro. Ágil como una gacela. Rudo como un oso. Fiel a su patria, fiel a sus creencias, fiel a su corazón. Avanza...
No se detiene ante nada. Arranca, corta, mutila. No deja que nada se interponga en su camino. Le es difícil distinguir entre aliados y enemigos, pues el sol le ciega. Llueven gotas negras, grandes y mortales. Caen a su alrededor destrozando todo lo que encuentran. Pero él las esquiva una tras otra, se agacha, corre, salta. Avanza...
Por la espalda, perla plateada atraviesa su hombro para escapar por su pecho. Tarda en darse cuenta, pero al final, cae arrodillado. Por suerte cuenta con su pistola, aquella vieja pero efectiva pistola. Se gira, y de un disparo certero acaba con su agresor. Justo en la cabeza, nunca deja supervivientes, le parece demasiado cruel. Se levanta, ve como la sangre fluye por su herida. Aún así, corre de nuevo. Avanza...
El olor de la sangre llena todo el campo de batalla. Los cuerpos se amontonan. Los gritos de dolor le ensordecen, por lo que no puede escuchar. El único sentido con el que puede contar, es su intuición. De repente, ve como están apunto de acabar con uno de sus compañeros. Dobla su velocidad, saca la pistola. Pero no tiene tiempo para apuntar. Se abalanza contra su enemigo como si de un león se tratase, y una vez en el suelo, a quemarropa, disparo certero, como siempre. Dirige su mirada hacia su compañero. Todavía no ha entrado en razón. Él en cambio no tiene tiempo para reflexionar. Advierte que era su último disparo y abandona su pistola. Avanza...
Por el Este, a toque de retirada se acercan decenas de hombres, todos aliados. Les siguen una campaña de jinetes enemigos, masacrándolo todo. Pero a él no le enseñaron a retirarse. Es una pena, si así fuera, hubiera vivido mucho más. A su lado, un mástil y bandera, ondeando al viento. Piensa su próximo movimiento y seguidamente coloca el mástil en el suelo. Lo entierra bien hondo y lo apoya en el suelo. Espera a que se acerque uno de los jinetes. Cuando la distancia es perfecta, levanta el mástil, clavándose este en el pecho del caballo, frenándole en seco. El jinete cae al suelo. Seguidamente se levanta y sin ni siquiera darse cuenta, su cabeza se desprende del cuello y cae al suelo. Detrás del jinete decapitado está él. Con su espada desenvainada y ahora manchada de sangre. Aquella magnífica espada mandada a forjar por doncella tiempo atrás. Nunca deja supervivientes. Un poco más cansado, avanza...
Llega a la colina, y con él, cientos de sus compañeros. La mayoría de ellos le creen malherido, puesto que está bañado en sangre. Los que le conocen saben que esa sangre no es suya, sino de sus víctimas. A sus espaldas, se escuchan decenas de truenos ensordecedores. Son los cañones de apoyo, que más tarde de lo esperado se unen a la batalla, para decidir así el resultado. Pero a él no le basta con la victoria. Corre detrás de sus enemigos espada en mano. Les alcanza, les apuñala, avanza...
Cuando está ya saciada su sed de sangre, detiene su carrera. Respira hondo, muy hondo. Y entonces... se desploma. Cae en la llanura. Contempla el cielo. Todos a su alrededor se reúnen y le vitorean, pues es claro vencedor de esa batalla. Entonces uno de los allí reunidos, lejos de él, aclama:
-Sus enemigos sucumben ante su espada, y nosotros sus compañeros, sucumbimos ante su valeroso corazón.
A lo que su fiel amigo le responde:
-Te equivocas, él ya no tiene corazón. Se lo robó una dulce doncella, hace ya muchos años. Esta doncella murió en manos de los mismos bárbaros que acabamos de masacrar. Desde entonces... él acude a todos los campos de batalla. Allí se cobra todas las almas que pueda, como venganza. Y también busca la muerte, busca a aquel enemigo que sea capaz de quitarle la vida, para regalarle una nueva vida junto a ella. Así que no temáis compañeros. Él ríe ante la muerte, y nosotros con él.
No se detiene ante nada. Arranca, corta, mutila. No deja que nada se interponga en su camino. Le es difícil distinguir entre aliados y enemigos, pues el sol le ciega. Llueven gotas negras, grandes y mortales. Caen a su alrededor destrozando todo lo que encuentran. Pero él las esquiva una tras otra, se agacha, corre, salta. Avanza...
Por la espalda, perla plateada atraviesa su hombro para escapar por su pecho. Tarda en darse cuenta, pero al final, cae arrodillado. Por suerte cuenta con su pistola, aquella vieja pero efectiva pistola. Se gira, y de un disparo certero acaba con su agresor. Justo en la cabeza, nunca deja supervivientes, le parece demasiado cruel. Se levanta, ve como la sangre fluye por su herida. Aún así, corre de nuevo. Avanza...
El olor de la sangre llena todo el campo de batalla. Los cuerpos se amontonan. Los gritos de dolor le ensordecen, por lo que no puede escuchar. El único sentido con el que puede contar, es su intuición. De repente, ve como están apunto de acabar con uno de sus compañeros. Dobla su velocidad, saca la pistola. Pero no tiene tiempo para apuntar. Se abalanza contra su enemigo como si de un león se tratase, y una vez en el suelo, a quemarropa, disparo certero, como siempre. Dirige su mirada hacia su compañero. Todavía no ha entrado en razón. Él en cambio no tiene tiempo para reflexionar. Advierte que era su último disparo y abandona su pistola. Avanza...
Por el Este, a toque de retirada se acercan decenas de hombres, todos aliados. Les siguen una campaña de jinetes enemigos, masacrándolo todo. Pero a él no le enseñaron a retirarse. Es una pena, si así fuera, hubiera vivido mucho más. A su lado, un mástil y bandera, ondeando al viento. Piensa su próximo movimiento y seguidamente coloca el mástil en el suelo. Lo entierra bien hondo y lo apoya en el suelo. Espera a que se acerque uno de los jinetes. Cuando la distancia es perfecta, levanta el mástil, clavándose este en el pecho del caballo, frenándole en seco. El jinete cae al suelo. Seguidamente se levanta y sin ni siquiera darse cuenta, su cabeza se desprende del cuello y cae al suelo. Detrás del jinete decapitado está él. Con su espada desenvainada y ahora manchada de sangre. Aquella magnífica espada mandada a forjar por doncella tiempo atrás. Nunca deja supervivientes. Un poco más cansado, avanza...
Llega a la colina, y con él, cientos de sus compañeros. La mayoría de ellos le creen malherido, puesto que está bañado en sangre. Los que le conocen saben que esa sangre no es suya, sino de sus víctimas. A sus espaldas, se escuchan decenas de truenos ensordecedores. Son los cañones de apoyo, que más tarde de lo esperado se unen a la batalla, para decidir así el resultado. Pero a él no le basta con la victoria. Corre detrás de sus enemigos espada en mano. Les alcanza, les apuñala, avanza...
Cuando está ya saciada su sed de sangre, detiene su carrera. Respira hondo, muy hondo. Y entonces... se desploma. Cae en la llanura. Contempla el cielo. Todos a su alrededor se reúnen y le vitorean, pues es claro vencedor de esa batalla. Entonces uno de los allí reunidos, lejos de él, aclama:
-Sus enemigos sucumben ante su espada, y nosotros sus compañeros, sucumbimos ante su valeroso corazón.
A lo que su fiel amigo le responde:
-Te equivocas, él ya no tiene corazón. Se lo robó una dulce doncella, hace ya muchos años. Esta doncella murió en manos de los mismos bárbaros que acabamos de masacrar. Desde entonces... él acude a todos los campos de batalla. Allí se cobra todas las almas que pueda, como venganza. Y también busca la muerte, busca a aquel enemigo que sea capaz de quitarle la vida, para regalarle una nueva vida junto a ella. Así que no temáis compañeros. Él ríe ante la muerte, y nosotros con él.
martes, 23 de agosto de 2011
La casa por la ventana, lo tiro todo por la borda. Toca empezar algo nuevo. Toca olvidar el pasado. Toca sacar el pasado de este lugar llamado presente, devolverlo a su lugar. Solo queda ser capaz de decirle a la cara a mi propio corazón que todo fue una mentira, que no es que nunca más tendrá algo tan bonito, sino que más bien nunca más podrá imaginarse algo tan bonito. Porque eso es lo que fue, imaginación.
Sientes rabia, sientes rencor, odio, ira... explotarías como una bomba nuclear, arrasando con ciudades enteras. Después de todo, los habitantes de esas ciudades nunca hicieron nada bueno por ti. Sientes como la sangre caliente fluye por tus venas, sientes como todo a tu alrededor se convierte en tu enemigo, un ordenador, un sofá... un amigo. Sabes que no puedes seguir así, porque tardarías poco en disparar a cualquiera que te diese los buenos días.
Pero no es tan fácil reconstruir los cimientos de ese lugar llamado vida, arreglar los daños y construir cosas nuevas, no es tan fácil... Aunque por suerte un viejo amigo me dio un consejo y ahora lo tengo claro, empezaré la casa por el tejado.
Sientes rabia, sientes rencor, odio, ira... explotarías como una bomba nuclear, arrasando con ciudades enteras. Después de todo, los habitantes de esas ciudades nunca hicieron nada bueno por ti. Sientes como la sangre caliente fluye por tus venas, sientes como todo a tu alrededor se convierte en tu enemigo, un ordenador, un sofá... un amigo. Sabes que no puedes seguir así, porque tardarías poco en disparar a cualquiera que te diese los buenos días.
Pero no es tan fácil reconstruir los cimientos de ese lugar llamado vida, arreglar los daños y construir cosas nuevas, no es tan fácil... Aunque por suerte un viejo amigo me dio un consejo y ahora lo tengo claro, empezaré la casa por el tejado.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Consúmete en tu propio fuego. Si echas de menos algo, aléjalo aún más de ti. Si necesitas un abrazo, quédate solo. Si necesitas salir, quédate en casa. Si te duelen las heridas, clava cuchillos en ellas. Si necesitas estar bien, asegúrate de sentirte lo peor posible. Si necesitas algo, busca lo contrario. Si tienes hambre, deja de comer. Si ves que mueres poco a poco... simplemente, no hagas nada.
¿Para qué luchar contra lo que la vida tiene preparado para ti? ¿Acaso tienes algún motivo? Yo prefiero dejar de luchar, sentarme a ver la tele y pensar: "juega tus jodidas cartas, que aquí estaré esperando un próximo movimiento, para recordarte que nunca has podido, no puedes, ni podrás".
¿Para qué luchar contra lo que la vida tiene preparado para ti? ¿Acaso tienes algún motivo? Yo prefiero dejar de luchar, sentarme a ver la tele y pensar: "juega tus jodidas cartas, que aquí estaré esperando un próximo movimiento, para recordarte que nunca has podido, no puedes, ni podrás".
-Deberías alejarte de mi, no soy buena para ti, no soy buena para nadie...
-Siempre intentas huir cuando te pasa algo bueno, siempre intentas acabar con todo lo que te hace feliz, porque duele menos que tú le pongas fin, a que se acabe por si solo.
-Mientes, que sabrás tú de mi vida. Estas enfadado porque quiero que te alejes, es solo eso. ¿No te enteras? No te quiero a mi lado, vete, y no vuelvas. No me llames. No me escribas. No me busques. No quiero saber nada de ti nunca más....
-Te quiero.
-¿Qué?
-Que te quiero. Y no voy a ir a ninguna parte. Si has podido echar de tu vida a las personas que has querido para que no te hicieran daño, conmigo no podrás hacer lo mismo. Hace mucho tiempo que decidí que serías mía, y ahora que lo eres, no podrás escapar tan fácilmente. Y siento ser tan egoísta, porque es posible que hasta yo mismo acabe haciéndote daño, y me odies por ello. Pero te prometo que cada uno de los días que pases conmigo compensarán ese posible dolor.
-No te quiero...
-No te voy a abandonar nunca. Te quiero más de lo que te imaginas. Admítelo, por más que lo intentes... no puedes separarnos, el destino es una fuerza mayor a todos tus esfuerzos.
-¿Y si me niego?
-Entonces seré yo el que no pueda luchar contra el destino, de que estemos separados. Te daré un abrazo y me iré dándote las gracias por existir.
-Me niego...
-Entonces, me desp....
-Me niego a que te separes de mi. Por favor, dime que todo lo que estás diciendo es verdad. Que no vas a abandonarme como ya han hecho. Me prometí que no confiaría en nadie más... y no se por qué pero aquí estoy, llorando y odiándome porque se que te necesito, que te amo cada día más, que no puedo vivir sin ti.
-No lo harás. Volvamos a casa, tenemos una vida que vivir juntos... para siempre.
domingo, 14 de agosto de 2011
Y así, frente a sus ojos, ella... su amada... había muerto. Era increíble ver como una vida, una maravillosa vida se desvanecía tan fácilmente. Y no de cualquier manera, sino en los brazos del hombre al que amó con toda su alma, cada día de su vida desde que le conoció. Él solía decirle que vivirían juntos para siempre, que era el destino. Ella le creía... pero éste les tenía preparado otro final, un final más trágico. Pasados unos segundos desde su último aliento, él entró en estado de shock, vió toda su vida con ella en pocos segundos, miles de pensamientos le llegaron a la mente a la vez: "no puede ser", "es imposible", "no te puedes ir" "esto es un sueño". Pero por desgracia no lo era, y lo cierto es que mayor crueldad no se podría haber cometido, ya que su historia... su historia era especial. No solo para ellos, sino para todos. Estaban echos el uno para el otro. Cuentan que eran una misma alma separada al nacer, que estaban destinados a encontrarse. Y porsupuesto, ellos lo supieron al verse, ya que no se separaron nunca más. Los dos habían tenido otras relaciones... pero en ese momento, lo sabes. Esa sensación que no tienes con nadie más. Esas palabras sonando en tu cabeza: "joder, como puede gustarme tantísimo...". Además, su sonrisa, al estar junto a él... era otra, era una sonrisa de amor. Él a su vez, la hubiera protegido de cualquier peligro, pero este peligro era demasiado para él, por lo que no para de gritarse a si mismo "no eres lo suficientemente fuerte... no has sido capaz de proteger tu más preciado tesoro". Ella yace muerta en sus brazos, pero el dolor que él siente es una tortura superior a la muerte. Mares de lagrimas caen por sus mejillas. Cientos de trozos caen al suelo, son su corazón y su alma, su voluntad y sus sueños, su amor y su cariño... vacío. Entonces... para su llanto solo para exclamar unas palabras:
"Viviremos juntos para siempre, te decía todos los días... a donde vayas, iré. Por eso para, deja de correr... deja de acercarte a ese cielo, diles que todavía no te den tus alas, porque al lado de una princesa... siempre tiene que estar su príncipe"
Dicho esto, seca sus lágrimas y con temblorosas manos extrae el puñal del regazo de su amada para acercarlo a su pecho, para finalmente... atravesar su propio corazón. Deja sólo un último regalo para este mundo: "Para siempre juntos... princesa".
"Viviremos juntos para siempre, te decía todos los días... a donde vayas, iré. Por eso para, deja de correr... deja de acercarte a ese cielo, diles que todavía no te den tus alas, porque al lado de una princesa... siempre tiene que estar su príncipe"
Dicho esto, seca sus lágrimas y con temblorosas manos extrae el puñal del regazo de su amada para acercarlo a su pecho, para finalmente... atravesar su propio corazón. Deja sólo un último regalo para este mundo: "Para siempre juntos... princesa".
jueves, 11 de agosto de 2011
Si me conocieras...
Si me conocieras sabrías que no salgo cada día a comerme el mundo, sino que simplemente espero poder aguantar el dolor mientras el mundo me devora a mi. Sabrías que mi película favorita es, bueno, que para mi todas son favoritas. Sabrías que odio el calor. Sabrías me gustaría ser arquitecto. Sabrías que no me gusta pelar las manzanas. Sabrías que me encantan los días lluviosos de invierno. Sabrías que me gusta jugar a videojuegos. Sabrías que no me gustan los embutidos, ni las legumbres. Sabrías que podría pasar un mes viviendo en la calle, siempre que esté rodeado de mis amigos. Sabrías que tengo mucha paciencia, aunque cuando esta se acaba, es difícil que vuelva a pensar con claridad. Sabrías que no me gusta dormir. Sabrías que siempre he querido anotar en una libreta el teléfono de cada una de las personas que he conocido, y llamarles dentro de veinte años. Sabrías que me gustaría tener dos hijos, la parejita. Sabrías que, obviamente, me gusta escribir. Sabrías que me llevo mejor con las chicas que con los chicos. Sabrías que solo me gusta ver la tele a las horas de comer, y por las noches para no sentirme solo. Sabrías que siempre seré un niño grande, que maduraré, pero no me volveré aburrido. Sabrías que aunque a veces odie a mi familia, mataría por ellos. Sabrías que he llorado por muchas películas. Sabrías que siempre he soñado muchísimo, con muchísimas cosas, y aunque cada vez me de más cuenta de que esos sueños no se cumplirán, sigo soñando como el primer día. Sabrías que me han roto el corazón. Sabrías que depende del día, me gusta mi cuerpo o no. Sabrías que me encantan las películas Disney. Sabrías que seas quien seas, te ayudaría si estas mal. Sabrías que me gusta hacer lo correcto, y por eso tengo heridas que nunca cerrarán. Sabrías que me encanta beber aunque no tenga sed. Sabrías que me gusta practicar casi todos los deportes. Sabrías que soy un romántico, aunque pocas personas me vean así. Sabrías que no todos los días mi sonrisa es verdadera. Sabrías que aun así, me gusta mi vida, prefiero ser buena persona y tener una vida de mierda, a ser un despojo y que me pasen cosas buenas. Sabrías... sabrías que si estoy escribiendo es porque me gusta abrir mi corazón, así quizás alguien al leer esto, le gusta como es, y se lo queda.
Si me conocieras sabrías que no salgo cada día a comerme el mundo, sino que simplemente espero poder aguantar el dolor mientras el mundo me devora a mi. Sabrías que mi película favorita es, bueno, que para mi todas son favoritas. Sabrías que odio el calor. Sabrías me gustaría ser arquitecto. Sabrías que no me gusta pelar las manzanas. Sabrías que me encantan los días lluviosos de invierno. Sabrías que me gusta jugar a videojuegos. Sabrías que no me gustan los embutidos, ni las legumbres. Sabrías que podría pasar un mes viviendo en la calle, siempre que esté rodeado de mis amigos. Sabrías que tengo mucha paciencia, aunque cuando esta se acaba, es difícil que vuelva a pensar con claridad. Sabrías que no me gusta dormir. Sabrías que siempre he querido anotar en una libreta el teléfono de cada una de las personas que he conocido, y llamarles dentro de veinte años. Sabrías que me gustaría tener dos hijos, la parejita. Sabrías que, obviamente, me gusta escribir. Sabrías que me llevo mejor con las chicas que con los chicos. Sabrías que solo me gusta ver la tele a las horas de comer, y por las noches para no sentirme solo. Sabrías que siempre seré un niño grande, que maduraré, pero no me volveré aburrido. Sabrías que aunque a veces odie a mi familia, mataría por ellos. Sabrías que he llorado por muchas películas. Sabrías que siempre he soñado muchísimo, con muchísimas cosas, y aunque cada vez me de más cuenta de que esos sueños no se cumplirán, sigo soñando como el primer día. Sabrías que me han roto el corazón. Sabrías que depende del día, me gusta mi cuerpo o no. Sabrías que me encantan las películas Disney. Sabrías que seas quien seas, te ayudaría si estas mal. Sabrías que me gusta hacer lo correcto, y por eso tengo heridas que nunca cerrarán. Sabrías que me encanta beber aunque no tenga sed. Sabrías que me gusta practicar casi todos los deportes. Sabrías que soy un romántico, aunque pocas personas me vean así. Sabrías que no todos los días mi sonrisa es verdadera. Sabrías que aun así, me gusta mi vida, prefiero ser buena persona y tener una vida de mierda, a ser un despojo y que me pasen cosas buenas. Sabrías... sabrías que si estoy escribiendo es porque me gusta abrir mi corazón, así quizás alguien al leer esto, le gusta como es, y se lo queda.
sábado, 6 de agosto de 2011
Es... sinceramente, es dolor. Es consumirse en la misma llama una y otra vez, es romperse, es sentir como hay grietas en tu interior, como las mariposas en tu estomago mueren de hambre, es saber que tu corazón ya no late por nadie, ya no quiere latir por nadie... es conformarse. Y el amor, el amor no es conformarse... entonces, si no es amor, ¿qué es?. Un día te despiertas y todo lo que quieres se va, de repente te sientes como en una película, esperando a que salgan las cámaras y te digan: "era solo una prueba para saber hasta dónde podías aguantar si te destrozan la vida cada vez más". Te preguntas a ti mismo cómo has podido llegar a este punto. Piensas... "ni queriendo hubiera conseguido llegar a estar tan hundido". Entonces lo recuerdas... recuerdas lo que es estar sano, sin preocupaciones, sin dolor. Recuerdas que eras fuerte, que te reías sinceramente, que amabas con toda tu alma, que te creías invencible, que pensabas que todo era un regalo por ser buena persona todo este tiempo. Recuerdo... como solía ser la persona mas fuerte que conozco, como podían venir vientos y mareas incontrolables, que andaba entre ellos, y siempre con una sonrisa. Esa sonrisa que ha gustado a tantas personas, y que ha enamorado a algunas otras, y que ahora... ahora ya no es la misma. Una vez me dijeron, "si de verdad le importas a alguien, no la cagaría ni te haría llorar". Y yo... lloro mientras escribo, escribo mientras lloro. Estas palabras es lo escrito en cada lágrima que cae, plasmado en un papel. No quiero joyas, no quiero riquezas, no quiero ser el tío mas guapo, no quiero dominar el mundo... solo quiero estar bien. Yo no me he metido con la vida, así que no entiendo por que tengo que pagar tantas cosas. De verdad, ¿no hay nadie que se fije en mi cara de dolor debajo de esa sonrisa? ¿no hay nadie que me necesite? ¿no hay nadie que no pueda dormir hasta que yo pare de llorar? ¿Ya nadie va a decirme que soy lo más importante en su vida? ¿Nadie...? Entonces... ¿qué me queda?. Siempre he aguantado los problemas, las discusiones, el sufrimiento, por alguna persona que creía en mi sobre todas las cosas, una persona que necesitaba saber que me he despertado, que sigo respirando, para poder sentirse bien. Si ya no existe nadie así, ¿qué me queda? ¿cuál es mi razón para luchar?. Con los años he aprendido que después de la tormenta, nunca sale el sol. En mi mundo... después de la tormenta, viene un huracán. Entonces, ¿por qué debo luchar? ¿por qué nadar contracorriente? Sin razón, sin sentido, dejaré de nadar... Pero, ¿acaso le importará a alguien? ¿acaso alguien estará leyendo esto?. Si es así... y conociste a mi otro yo, por favor, recuérdame como tal, y no como este despojo que no puede parar de llorar, que se ahoga en sus propias lágrimas. Aquí me despido, ya no puedo escribir más, mis lágrimas han dejado de llevar palabras que pueda plasmar aquí, ahora... solo llevan dolor, restos de un alma rota y defectuosa, que se pudre en mi interior deseando salir, para así quedarme completamente vacío. Hasta que aparezca una nueva grieta en mi... adiós.
lunes, 1 de agosto de 2011
-Sabes, en días como hoy, oscuros y lluviosos días... es cuando se cumplen todos tus sueños.
-¿Y cuál se te ha cumplido hoy?
-Sinceramente, ninguno... Pero en mí es normal.
-¿Por que?
-Porque estoy acumulando todos los deseos de días como hoy. Cuando tenga suficientes, podré cambiarlos por un único, pero gran deseo.
-¿Qué deseo?
-Volver a ver esa sonrisa entre beso y beso, que me regalabas todos los días...
-¿Y cuál se te ha cumplido hoy?
-Sinceramente, ninguno... Pero en mí es normal.
-¿Por que?
-Porque estoy acumulando todos los deseos de días como hoy. Cuando tenga suficientes, podré cambiarlos por un único, pero gran deseo.
-¿Qué deseo?
-Volver a ver esa sonrisa entre beso y beso, que me regalabas todos los días...
domingo, 31 de julio de 2011
Puedes sentarte, puedes saltar, puedes correr, puedes reirte, puedes llorar, puedes estudiar, puedes enamorarte, puedes cambiar de país, puedes trabajar, puedes dormir, puedes esconderte, puedes emborracharte, puedes fingir, puedes vivir tu vida al máximo, puedes quedarte, puedes salir, puedes... puedes hacer lo que quieras, hagas lo que hagas... te encontraré, y viviremos felices :)
Y pasados quinientos años el ave se echó en su nido, tornándose gris y reduciendo su tamaño poco a poco. Mientras cantaba la mas hermosa de las canciones, con una chispa, la luz del Sol consumió ave y nido ... quedando solo una montaña de cenizas. Pero antes de que el viento arrastrase dichos polvos, de ellos brotó un huevo empollado por la luz solar. Al día siguiente, roto el cascarón, resurgió el ave de nuevo, pero esta vez con un plumaje inigualable, alas de color escarlata y cuerpo dorado. La apagada llama de su cola se había convertido en una gigantesca bola de fuego. Y así, resurgió de sus cenizas, cumpliendo con su inmortalidad, volviendo más joven y con más fuerza que nunca.
El resto de aves se encontraban reunidas a su alrededor. Al observar el magnífico suceso, recordaron que solo existía uno en su especie, y aclamaron:
-¡Pero cuán triste debe estar! Al sentirse tan solo en este mundo.
Entonces, batiendo sus alas el ave recitó unas palabras que quedarían grabadas en mi para siempre:
-"Soy fuego, moriré en fuego... y renaceré de mis cenizas en cada amanecer".
El resto de aves se encontraban reunidas a su alrededor. Al observar el magnífico suceso, recordaron que solo existía uno en su especie, y aclamaron:
-¡Pero cuán triste debe estar! Al sentirse tan solo en este mundo.
Entonces, batiendo sus alas el ave recitó unas palabras que quedarían grabadas en mi para siempre:
-"Soy fuego, moriré en fuego... y renaceré de mis cenizas en cada amanecer".
sábado, 30 de julio de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
¿Cómo decirte lo nunca antes dicho? ¿cómo desvelar un secreto guardado durante años? ¿cómo...?.
¿Serías capaz de creerme?. Después de todo este tiempo, después de haberte contado todo sobre mi vida, después de haber observado cómo amaba una y otra vez a otras personas. Después de haber superado los límites de cualquier amistad. Después de darnos cuenta de que por casualidades del destino, nos hicieron con el mismo molde. Después de todo, ¿me creerías?
Sinceramente, creo que no. Además, tu ya perteneces a alguien, su nombre está grabado en ti con fuego. Aún así, hace mucho tiempo que sueño con un día de lluvia, bajo tu ventana, en el que pueda llamarte y coger tu mano. Nunca pasará, pero en mis sueños, por un segundo, se hace realidad.
Lo cierto es que, solo he estado jugando. Jugando a que podía ser feliz con otra persona que no me llenase tanto como tú, y por supuesto, he perdido. Por eso, esta noche de verano quiero decirte que, bajo las sombras, me creas o no... te quiero.
¿Serías capaz de creerme?. Después de todo este tiempo, después de haberte contado todo sobre mi vida, después de haber observado cómo amaba una y otra vez a otras personas. Después de haber superado los límites de cualquier amistad. Después de darnos cuenta de que por casualidades del destino, nos hicieron con el mismo molde. Después de todo, ¿me creerías?
Sinceramente, creo que no. Además, tu ya perteneces a alguien, su nombre está grabado en ti con fuego. Aún así, hace mucho tiempo que sueño con un día de lluvia, bajo tu ventana, en el que pueda llamarte y coger tu mano. Nunca pasará, pero en mis sueños, por un segundo, se hace realidad.
Lo cierto es que, solo he estado jugando. Jugando a que podía ser feliz con otra persona que no me llenase tanto como tú, y por supuesto, he perdido. Por eso, esta noche de verano quiero decirte que, bajo las sombras, me creas o no... te quiero.
-Un día paseando, encontré lo que parecía ser un corazón roto.
-¿Y qué hiciste?
-Es obvio, ¿no? Busqué una bolsa y recogí todos los trozos. Volví a casa y me puse a trabajar. Con mucho cuidado puse todos los pequeños trozos sobre la mesa, eran decenas. Después, los separé según su forma, pero ya era de noche, así que me fui a la cama. Al día siguiente conseguí unir dos trozos. Dos días después ya tenia cinco trozos unidos. Una semana después reuní una decena de ellos. Un mes después empezaba a tomar forma... estaba tan concentrado en mi tarea, que perdí la noción del tiempo.
Solo sé, que varios meses después, estaba terminado. Resultó un corazón grande y fuerte. Cada latido suyo provocaba un escalofrío en mi espalda. Observé con orgullo como volvía a la vida. Cada vez que tenia que salir y separarme de él, me sentía mal. Por eso dejé de salir... para quedarme con mi creación todos y cada uno de los días.
Con el tiempo, mi corazón latía a la vez que este, se fundían en un solo latido, mi pobre corazón. Se unieron los dos en uno solo, es lo mas bonito que mis ojos nunca verán. Cada día agradecía al destino por haber puesto delante mia aquellos trozos...
Pero un día, un fatídico día, el dueño de aquel corazón vino a recogerlo. Luché, luché con todas mis fuerzas para que se quedase conmigo, pero al final... se fue. Y con él, mi propio corazón.
-¿Y ahora...?
-Ahora vivo sin vivir, y muero sin morir... esperando a que algún día, si hay suerte, vuelva a mí.
-¿Y qué hiciste?
-Es obvio, ¿no? Busqué una bolsa y recogí todos los trozos. Volví a casa y me puse a trabajar. Con mucho cuidado puse todos los pequeños trozos sobre la mesa, eran decenas. Después, los separé según su forma, pero ya era de noche, así que me fui a la cama. Al día siguiente conseguí unir dos trozos. Dos días después ya tenia cinco trozos unidos. Una semana después reuní una decena de ellos. Un mes después empezaba a tomar forma... estaba tan concentrado en mi tarea, que perdí la noción del tiempo.
Solo sé, que varios meses después, estaba terminado. Resultó un corazón grande y fuerte. Cada latido suyo provocaba un escalofrío en mi espalda. Observé con orgullo como volvía a la vida. Cada vez que tenia que salir y separarme de él, me sentía mal. Por eso dejé de salir... para quedarme con mi creación todos y cada uno de los días.
Con el tiempo, mi corazón latía a la vez que este, se fundían en un solo latido, mi pobre corazón. Se unieron los dos en uno solo, es lo mas bonito que mis ojos nunca verán. Cada día agradecía al destino por haber puesto delante mia aquellos trozos...
Pero un día, un fatídico día, el dueño de aquel corazón vino a recogerlo. Luché, luché con todas mis fuerzas para que se quedase conmigo, pero al final... se fue. Y con él, mi propio corazón.
-¿Y ahora...?
-Ahora vivo sin vivir, y muero sin morir... esperando a que algún día, si hay suerte, vuelva a mí.
jueves, 21 de julio de 2011
Levántate, ponte unos zapatos y sal por la puerta. Está lloviendo, pero tú no necesitas paraguas. Sal aunque haga frío, aunque esté diluviando. Deja que se derritan tus problemas bajo la lluvia, deja que el viento se lleve las palabras y que el frío congele tu corazón. Mira al cielo por los que se fueron, después al suelo por los que aún están. Empieza a correr, corre hasta que no sientas tus piernas. Deja atrás tus preocupaciones y esconde tus miedos bajo este día gris. Ahora para, busca en tu interior todos tus sueños no realizados, y baila con cada uno de ellos...
Y esta... esta eres tú controlando tu vida. Tú y nadie mas.
Y esta... esta eres tú controlando tu vida. Tú y nadie mas.
miércoles, 20 de julio de 2011
-¿Sabías que algún día haré una película?
-Pues no, ¿sobre qué será?
-Sobre el amor.
-Eso está muy visto, se han hecho demasiadas películas de amor. No conseguirás nada nuevo.
-Te equivocas... será algo que nunca hayas visto. Una película que veas cuando estes triste, para alegrarte con su final feliz. Una película que veas cuando estes enamorada, para sentirte reflejada en sus dos protagonistas. Una película que te haga soñar cuando no te quede esperanza. Una película que te haga saltar al vacío, superar tus miedos, lanzarte. Una película que te haga latir el corazón una y otra vez con mucha fuerza, cuando lo creías roto. Una película sobre el amor verdadero... sobre nosotros. Tú y yo, nuestra historia, nuestra película.
-Pues no, ¿sobre qué será?
-Sobre el amor.
-Eso está muy visto, se han hecho demasiadas películas de amor. No conseguirás nada nuevo.
-Te equivocas... será algo que nunca hayas visto. Una película que veas cuando estes triste, para alegrarte con su final feliz. Una película que veas cuando estes enamorada, para sentirte reflejada en sus dos protagonistas. Una película que te haga soñar cuando no te quede esperanza. Una película que te haga saltar al vacío, superar tus miedos, lanzarte. Una película que te haga latir el corazón una y otra vez con mucha fuerza, cuando lo creías roto. Una película sobre el amor verdadero... sobre nosotros. Tú y yo, nuestra historia, nuestra película.
martes, 19 de julio de 2011
Que tus labios me inspiren una y otra vez, que nuestras miradas se crucen y el tiempo se pare, que busquemos cientos de sitios diferentes donde mirar las estrellas, que hagamos el amor en cada una de las camas de nuestra casa, que veamos todas las películas de la cartelera, que comamos un menú diferente cada día en todos los restaurantes de la ciudad, que paseemos una y otra vez por la misma ruta, que vayamos de viaje para dejar marca de nuestro amor en muchos lugares, sintámonos libres uno con el otro... amémonos.
-¿Qué haces en la ventana?
-Vigilo tu regalo
-¿A qué te refieres?
-¿Recuerdas que el día que en que nos conocimos desaparecí una semana?
-Sí
-Viajé muy lejos, al cielo. Até una cuerda alrededor de la luna y la amarré a esta ventana. Supe que algún día estarías en este mismo lugar, acostada en mi cama. Dime que me quieres y te regalaré la luna.
-Te amo.
-Vigilo tu regalo
-¿A qué te refieres?
-¿Recuerdas que el día que en que nos conocimos desaparecí una semana?
-Sí
-Viajé muy lejos, al cielo. Até una cuerda alrededor de la luna y la amarré a esta ventana. Supe que algún día estarías en este mismo lugar, acostada en mi cama. Dime que me quieres y te regalaré la luna.
-Te amo.
lunes, 18 de julio de 2011
Don't forget to smile =)
El calor de tus abrazos hace que cierre los ojos lentamente, esto es para ti escucha atentamente, se cuando estas triste, se cuando me mientes, se que lo haces para que no me preocupe como siempre, son imanes con igual polaridad, por eso chocan y al juntarse debe ser necesidad, la debilidad del uno por el otro, el amor y el odio de los dos pudo arreglar sus corazones rotos, una piel tan blanca no se olvida, cruzaré los dedos de los pies por si se oxidan, son almas mas que cercanas tú llamalo como quieras, creo que algunos lo conocen como almas gemelas.
viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Te odio, te amo, sufro, sufres, te quise, te quiero, te olvido. Me dejas, te dejo, me buscas, pides perdón, te agradezco, me arrepiento, te arrepientes, me olvidas, perdonas, te vas, vuelvo, me voy, volvemos, piensas, siento, elijo pensar, te enfadas, me mientes, te miento, me enfado, te perdono, no lo entiendo, tú tampoco. Te pido perdón, busco una solución, no la encuentro, buscas tú, tampoco la encuentras, decimos basta... pero empieza de nuevo.
Something
—¿Por qué siempre haces lo mismo?
+ ¿El qué?
—Huir sin decir nada.
+ ¿Y tú por qué me sigues si estoy huyendo? Podría hacerte daño.
—¿Más? Hasta el ruido de la ciudad me recuerda a ti, pero siempre supe que huirías.
+ ¿Por qué?
—Porque te hice ver que quería que te quedaras. Pero ya da igual, siempre será una historia diferente que contar, de esas que duran poco pero son sorprendentes, y si durasen más dejarían de serlo.
+ Espero no arrepentirme de esto.
—Yo también espero que no lo hagas, al fin y al cabo somos demasiado parecidos como para enamorarnos. Ahora todo es diferente, debes entenderlo. Has de saber que olvidar a alguien no significa dejar de quererle, y seguiré esperando que aparques debajo de mi casa, porque las historias no terminan hasta que no se pone un punto y final, y tú ni siquiera has puesto un punto y coma.
lunes, 11 de julio de 2011
Destino
Llevo muchos años pensando que el amor es una tontería, que no me iba a enamorar nunca, que no aparecería una chica para mi. Mis amigos me contaban historias de felicidad, en las que yo encontraría a una chica perfecta para mi, con la que sentaría cabeza y me enamoraría locamente. Yo no les creía, me sentía como un niño al que le dicen que la vida es fácil, que nunca tendrá problemas y siempre será feliz.
Pero resulta que un día el universo quiso darme una lección y me dió a esa chica, para mi y para nadie más. Yo no me lo creía, era imposible. ¿Cómo podían tener razón todos? ¿cómo podía estar locamente enamorado?. Todas mis manías, mis agobios, mis inseguridades... todo se fue con un beso suyo. Me cuesta admitirlo, pero ellos tenían razón... cuando menos te lo esperas, aparece la persona perfecta y comienzas a ser feliz.
Lo que nunca me contaron es que todo se acaba, y que después de ser feliz tendría el corazón roto. Que cada segundo que he sido feliz ahora abrasa mi interior una y otra vez. Nadie me dijo que si saltaba al vacío con los ojos cerrados, podía estrellarme contra el suelo. No es justo, nada de esto es justo. Toda mi vida he intentado ser buena persona, tratar bien a los demás, hacer favores desinteresadamente y nunca aprovecharme, siempre... ¿y ahora recibo esto?. He visto a muchisimas personas que tratan a los demás como hormigas, como seres repugnantes, y aun así aparece alguien en su vida y son felices durante muchísimo tiempo. Entonces... ¿por qué yo, que nunca he sido así, recibo esto?. Ya ha pasado un tiempo desde que muero en cada día que paso con vida. Y poco ha cambiado... puede que haya avanzado, pero lo que me interesa que cambie, no cambia, y sigue doliendo como el primer día. ¿De verdad soy tan estúpido como para que no quieran estar conmigo? ¿qué tengo que cambiar?. No se qué hago mal, y quiero saberlo, porque si aparece alguien así de nuevo en mi vida, y vuelve a dejar de querer estar conmigo... no podría soportar esto de nuevo.
Antes me encantaba mi vida, era una vida mediocre, pero nunca había conocido nada mejor... por lo que vivía como un rey en mi mediocridad. Y ahora, después de haber conocido la felicidad, veo mi vida con otros ojos. Lo que antes me divertía ahora me parece una tontería. Ya nada me llena... quiero volver a esa felicidad que una vez tuve. ¿Qué tengo que hacer para ser feliz?. Se que esa persona no va a volver, así que de esa manera no puedo volver a serlo. También he intentado que me vuelva a gustar mi vida, pero es como probar un ferrari durante unos meses, y luego volver a tu destrozado coche de treinta años. He intentado apoyarme en mis amigos, y hasta ahora me estaba funcionando, hasta que por una cosa o por otra casi todos se han ido lejos. Y por último he intentado apoyarme en mi familia, pero no es una buena opción. Entonces, aquí sentado en mi sofá, mirando la pantalla del ordenador me pregunto, si no va a volver esa persona que me da felicidad, si mis amigos se han ido y si no me gusta mi vida solo, ¿qué será de mi? ¿quizás seré como esos trabajadores que odian su trabajo, y les va consumiendo poco a poco, cambia su carácter y ya no son ellos mismos?
Sinceramente, conociendo esta sensación, se que la única forma de ser feliz ahora mismo, es que aparezca alguien en mi vida que trastoque mi mundo, una amigo o una novia, lo que sea, que me haga ser feliz. Pero para mi desgracia solo he encontrado a tres personas así a lo largo de toda mi vida... así que puedo empezar a olvidarme de la idea de ser feliz. Lo que me queda es seguir con esto, sentarme aquí, a echar de menos, a ella y a mis amigos, a el tiempo en el que era feliz, a hacerme preguntas, a dudar, a reflexionar... hasta que aguante. Después no se que pasará.
No culpo a nadie de la vida que tengo, mis amigos han tenido que irse, no me han abandonado a mi suerte sin razón. Mi familia es así, no puedo cambiarles y en el fondo, les quiero como son. Y a esa persona que me hizo feliz... tampoco puedo culparla, he estado en su situación y yo también hice lo que ella ha hecho. ¿Será el destino?. Quizás el universo me hace pasar por esto por habérselo hecho pasar a otra persona antes. Sólo me gustaría haber sido un poco mas alto, un poco mas fuerte, un poco mas guapo, un poco mas simpático, un poco más, para que tú no me abandonaras... me gustaría pensar que soy de esas personas que dicen: "si no le gusto como soy, es que esa persona no es para mi". Pero la verdad es que hubiera sido lo que tu quisieras que fuera. Pero aún así, ni siquiera tuve esa oportunidad... nunca entenderé como pudiste olvidar eso tan fuerte que sentías por mi, ya que yo tardaré mucho tiempo en olvidarlo, incluso sin estar contigo. Lo entienda o no, es lo que ha pasado. Pueda o no, tengo que seguir adelante... un día más. Gracias a todos por mantenerme a flote una y otra vez, aunque sea con recuerdos. Hasta que el destino vuelva a mover pieza en mi camino, una vez más.
Pero resulta que un día el universo quiso darme una lección y me dió a esa chica, para mi y para nadie más. Yo no me lo creía, era imposible. ¿Cómo podían tener razón todos? ¿cómo podía estar locamente enamorado?. Todas mis manías, mis agobios, mis inseguridades... todo se fue con un beso suyo. Me cuesta admitirlo, pero ellos tenían razón... cuando menos te lo esperas, aparece la persona perfecta y comienzas a ser feliz.
Lo que nunca me contaron es que todo se acaba, y que después de ser feliz tendría el corazón roto. Que cada segundo que he sido feliz ahora abrasa mi interior una y otra vez. Nadie me dijo que si saltaba al vacío con los ojos cerrados, podía estrellarme contra el suelo. No es justo, nada de esto es justo. Toda mi vida he intentado ser buena persona, tratar bien a los demás, hacer favores desinteresadamente y nunca aprovecharme, siempre... ¿y ahora recibo esto?. He visto a muchisimas personas que tratan a los demás como hormigas, como seres repugnantes, y aun así aparece alguien en su vida y son felices durante muchísimo tiempo. Entonces... ¿por qué yo, que nunca he sido así, recibo esto?. Ya ha pasado un tiempo desde que muero en cada día que paso con vida. Y poco ha cambiado... puede que haya avanzado, pero lo que me interesa que cambie, no cambia, y sigue doliendo como el primer día. ¿De verdad soy tan estúpido como para que no quieran estar conmigo? ¿qué tengo que cambiar?. No se qué hago mal, y quiero saberlo, porque si aparece alguien así de nuevo en mi vida, y vuelve a dejar de querer estar conmigo... no podría soportar esto de nuevo.
Antes me encantaba mi vida, era una vida mediocre, pero nunca había conocido nada mejor... por lo que vivía como un rey en mi mediocridad. Y ahora, después de haber conocido la felicidad, veo mi vida con otros ojos. Lo que antes me divertía ahora me parece una tontería. Ya nada me llena... quiero volver a esa felicidad que una vez tuve. ¿Qué tengo que hacer para ser feliz?. Se que esa persona no va a volver, así que de esa manera no puedo volver a serlo. También he intentado que me vuelva a gustar mi vida, pero es como probar un ferrari durante unos meses, y luego volver a tu destrozado coche de treinta años. He intentado apoyarme en mis amigos, y hasta ahora me estaba funcionando, hasta que por una cosa o por otra casi todos se han ido lejos. Y por último he intentado apoyarme en mi familia, pero no es una buena opción. Entonces, aquí sentado en mi sofá, mirando la pantalla del ordenador me pregunto, si no va a volver esa persona que me da felicidad, si mis amigos se han ido y si no me gusta mi vida solo, ¿qué será de mi? ¿quizás seré como esos trabajadores que odian su trabajo, y les va consumiendo poco a poco, cambia su carácter y ya no son ellos mismos?
Sinceramente, conociendo esta sensación, se que la única forma de ser feliz ahora mismo, es que aparezca alguien en mi vida que trastoque mi mundo, una amigo o una novia, lo que sea, que me haga ser feliz. Pero para mi desgracia solo he encontrado a tres personas así a lo largo de toda mi vida... así que puedo empezar a olvidarme de la idea de ser feliz. Lo que me queda es seguir con esto, sentarme aquí, a echar de menos, a ella y a mis amigos, a el tiempo en el que era feliz, a hacerme preguntas, a dudar, a reflexionar... hasta que aguante. Después no se que pasará.
No culpo a nadie de la vida que tengo, mis amigos han tenido que irse, no me han abandonado a mi suerte sin razón. Mi familia es así, no puedo cambiarles y en el fondo, les quiero como son. Y a esa persona que me hizo feliz... tampoco puedo culparla, he estado en su situación y yo también hice lo que ella ha hecho. ¿Será el destino?. Quizás el universo me hace pasar por esto por habérselo hecho pasar a otra persona antes. Sólo me gustaría haber sido un poco mas alto, un poco mas fuerte, un poco mas guapo, un poco mas simpático, un poco más, para que tú no me abandonaras... me gustaría pensar que soy de esas personas que dicen: "si no le gusto como soy, es que esa persona no es para mi". Pero la verdad es que hubiera sido lo que tu quisieras que fuera. Pero aún así, ni siquiera tuve esa oportunidad... nunca entenderé como pudiste olvidar eso tan fuerte que sentías por mi, ya que yo tardaré mucho tiempo en olvidarlo, incluso sin estar contigo. Lo entienda o no, es lo que ha pasado. Pueda o no, tengo que seguir adelante... un día más. Gracias a todos por mantenerme a flote una y otra vez, aunque sea con recuerdos. Hasta que el destino vuelva a mover pieza en mi camino, una vez más.
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