-Me encantan tus ojos.
-¿Por qué susurras?
-No quiero estropearlo.
-¿Estropear qué?
-Este momento.
-¿Qué tiene de especial ese momento?
-Nuestros corazones... se están conociendo. El tuyo le dice al mio que tiene miedo. El mio le dice al tuyo que ya ha conocido el miedo, y que tiene razones para tenerlo.
-Entonces... no hay nada que hacer.
-Olvidas la estupidez que les caracteriza, y la que les hace estar conectados. Caerán en el vacío como siempre, quizás por primera vez, o quizás por última. Pero no importa, laten de nuevo... como siempre, y como nunca.