miércoles, 10 de septiembre de 2014
Uno de esos viajes a los que llevas una maleta pequeña. A los que no quieres, ni debes, arrastrar cosas del pasado. Uno de esos viajes con los que buscas cambiar tu vida, abrir tus horizontes, conocer nuevos mundos, nuevas experiencias y, en especial, nuevas personas. Uno de esos viajes con los que buscas aprender y encontrar, sentir y actuar, disfrutar y vivir, para así llenar el vacío en tu interior, un vacío que no podría ser llenado de otra forma. Porque cuando ves lo grande que es el mundo, de repente tus problemas pasan a ser pequeños. Cuando te das cuenta de la inmensidad de personas con las que podrías compartir tantas cosas, de repente tus malas experiencias se hacen insignificantes. En definitiva, si eres capaz de abrir tu mente, viajar abre tu alma.